Por fin se ha cubierto la importante archidiócesis de Colonia vacante desde la aceptación de la renuncia de su arzobispo el cardenal Meisner.
Fue designado para ocuparla el cardenal arzobispo de Berlín, Rainer María Woelki, de 57 años y sospechosa doctrina. Es el quinto cardenal más joven de la Iglesia y llega a una archidiócesis de rancia tradición católica procedente de Berlín donde el catolicismo es muy minoritario. Ha pasado de tener 400.000 católicos, menos del 10% de los habitantes de la capital alemana, a dos millones de católicos, casi el 50% de la población de Colonia.
No es sin embargo un nombramiento para echar las campanas a vuelo. Más bien bastante preocupante.