Se ha subvertido tanto la Iglesia que en muchos casos ni vale ya aquello de haced lo que os dicen y no lo que hagan. Porque las formas no las mantienen ni en el decir.Ā
Son muy abundantes los curas, e incluso los que estĆ”n por encima de ellos, en las monjas el fenómeno es mĆ”s inducido y actĆŗan mĆ”s como repetidoras necias, que destilan un odio incomprensible en quienes deberĆan ser seguidores e imitadores de Cristo. Tienen el corazón envenenado de prejuicios y ni se molestan en disimularlos. Si donde hay caridad y amor allĆ estĆ” Dios en esos eclesiĆ”sticos, que desconocen totalmente la una y el otro, sólo puede estar el Maligno.
Vivieron alocadamente una experiencia vital que vació las iglesias, hizo abandonar el estado sacerdotal o religioso a miles y miles, extendió la secularización hasta extremos increĆbles y tras todo ello, se empeƱan Ā en presentarse como los salvadores de la Iglesia, a la que han arruinado, y arremeten contra un pasado que tendrĆa inconvenientes pero que al lado de lo que ellos nos han traĆdo era pura gloria de Dios. Contra el pasado y contra los que a la vista del invierno actual, crudĆsimo, sienten nostalgia de dĆas mĆ”s religiosos.Ā
HabrĆa que correrles a gorrazos por la ruina que nos han traĆdo y pretenden seguir mandando para terminar cuanto antes con lo poquĆsimo que queda. Y por supuesto dando lecciones. Porque ellos son los que saben y los demĆ”s tontos de baba.
Ā Algo asĆ como si los que quebraron las Cajas de Ahorros, utilizaron los EREs en beneficio propio, se embolsaron los cursos de formación que no dieron, o adjudicaron las obras municipales y autonómicas a sus amiguetes de partido a cambio de cohechos constantes, pretendieran seguir dirigiendo la polĆtica y la economĆa y que los demĆ”s sigamos pagando con nuestros euros todos sus Ā fechorĆas e incompetencias. Pues mĆ”s o menos igual con bastantes curas de sesenta aƱos para arriba que despuĆ©s de haber dejado la Iglesia como un erial quieren seguir montados en el machito para ver si concluyen su obra demoledora.
No cabe generalizar pero es demasiada la presencia de chulos, dĆ©spotas, ignorantes, patanes, maleducados, aseglarados, mercenarios, vagos a los que ni se les ve por la Iglesia, Ā peseteros, amancebados, herejes, desobedientes y hasta algĆŗn pederasta para completar el cuadro. Pues esa piara da lecciones desabridas e intolerables a los pobres seglares que se les acercan. Que son hasta insultados si quieren comulgar de rodillas y en la boca, confesarse, que se rece el rosario en la parroquia, asistir a la misa tradicional, procesiones, novenas, adoración al SantĆsimo, misas celebradas como la Iglesia manda, homilĆas que no vayan contra el dogma y la moral de la Iglesia, etc., etc.
Y todo ello desde una antipatĆa que en muchas ocasiones es incluso puro odio. Que no disimulan ni con un mĆnimo de educación exigible a cualquiera y mĆ”s a un sacerdote. Dependen de nosotros, incluso para vivir, y nos tratan a patadas. Pues yo ya me he hartado de recibirlas. Y como no se merecen el menor respeto, a la que hagan, por mi parte igual correspondencia. Que a veces es muy Ćŗtil a un mierda que se cree algo enfrentarle con su autĆ©ntica realidad. Se les suelen ir todas las Ćnfulas cuando les dejas in pudibus naturalis. O sea en pelotas. Para que todos vean lo que realmente son. Unos autĆ©nticos mierdas.Ā
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