Es que los extremos terminan tocándose. Tenemos la papolatría más general, la de los que piensan que el Papa no se equivoca nunca y que cuando habla o cuando actúa los hace Dios por él. No en vano lo eligió el Espíritu Santo. Esta falsedad originaria lleva a una construcción que no se sostiene en pie. ¿Si el Espíritu Santo le ha elegido cómo es que ha habido Papas malos? ¿Quiere jugar con nosotros las Tecera Persona de la S antísima Trinidad? ¿Y cómo no son Santos todos los Papas si cuanto hacen y dicen es la voz y el actuar de Dios? Pero por otra parte ningún Papa debería estar en los altares pues carecen todos de méritos propios si ed Dios quien actúa por ellos? Tan piadpsa doctrina nos lleva al puro dislate. Salvo que resulte que no es piadosa ni es doctrina. Que es lo que ocurre.
A los Papas los eligen los cardenales, con todas sus virtudes y todos sus defectos. Y esa elección humana le convierte en Papa. Luego está la misteriosa acción del Espíritu Santo sobre la Iglesia que no podemos medir ni precisar en cómo ha sido en cada momento. Eso sólo lo sabe Dios y lo sabe eternamente pero de modo compatible con la libertad de todo ser humano. Dios sabe que Fulano de tal, casado con Mengana de cual, se va a ir de pilinguis el 4 de agosto de 2014. Pero se va porque quiere no porque eso esté predeterminado. Aunque Dios sepa que se va a ir o que no se va a ir. Y lo mismo ocurrió cuando el cardenal Rouco votó al cardenal Ratzinger para Papa. Que supongo eso hizo. Diosno movió su mente ni su mano. Las movió él. Aunque también tengo por seguro que encomendándose a Dios.
Pues ya tenemos un Papa que no lo ha elegido el Espíritu Santo y que comienza a actuar como Papa. Con gracia de estado y supongo que encomendando a Dios sus actuaciones. Pero ello no acredita que todo lo que vayan a hacer o decir esté inspirado por Dios. Pueden hacer cosas buenas y malas, justas e injustas, acertadas o equivocadas,.. Y eso ha ocurrido con todos los Papas, incluso con los que están en los altares.
No le hacemos ningún favor al Papa vistiéndole de impecable e infalible, Porque no lo es y nos vamos a llevar una desilusión muy grande cuando lo comprobemos, El Papa puede pecar, leve o gravemente, y la mejor prueba de ello es que acude a confesarse cada quince días. Y él mismo reconoce que se equivoca.
Y ahora vamos al segundo caso de papolatría. Aunque no lo parezca. Y es el de aquellos que están pidiendo ya la renuncia del Papa, o que Dios se lo lleve, ante injusticias patentes de su pontificado. Pues tampoco. El Papa no tiene que retirarse renunciando al Pontificado cada vez que suelte cuatro gritos a un colaborador, nombre obispo a un amiguete que no tiene condiciones para ello, postergue a alguien que le cae mal, haga la vida imposible a una comunidad religiosa, disponga lo que no debe y no haga lo que debe, etc., etc. Quienes eso reclaman son también papólatras que se han hecho del Santo Padre la idea de que es perfecto y cuando comprueban que perfecto sólo es Nuestro Señor Jesucristo, pretenden bajarse en marcha del tren o que se baje el Papa.
Pues tampoco. Un Papa no tiene que renunciar por suprimir injustamente una orden religiosa. Lo hizo Clemente XJV con los jesuitas. Con los Franciscanos de la Inmaculada de momento no se ha llegado a tanto. Se está en la fase de una persecución dura. Y no decimos que sea injusto lo que están haciendo con esos frailes y eesas monjas. Lo que decimos es que nadie se dignó a justificarlo. Parece que el Papa ha asumido la responsabilidad de lo que se está haciendo. Creo que no ha añadido nada. Porque el hecho ha tenido tal relieve mediático que era imposible que lo desconociera. ¿Las medidas tomadas son injustas? Pues la conciencia del Papa quedaría gravada con ella. Hay hechos que las justifiquen aunque por los motivos que fueren el Papa no quiere hacerlos públicos? Pues tendrá que cargar con las críticas que le hagan por desconocer lo que se castiga. Y sea lo que fuere lo que desconozcamos hay sanciones que dan la impresión de ser desaforadas y que reflejan una notable antipatía a la sensibilidad tradicional.
Peeo nada de eso implica que el Papa tenga que renunciar. Apañados estábamos si cada equivocación del Papa, del Papa que sea, suponga la renuncia al Pontificado. Tendríamos varios cónclaves al año.
Así que el Papa es el Papa, haya acertado o no con los FFI, mientras no se conozcan los motivos de la persecución a los y las FFI, es lícito protestar contra la medida, reclamar su suspensión y pedir a Dios que se reponga la justicia si ha quedado afectada. Y además los católicos tenemos derecho a saber que es lo que en verdad ha pasado. Lo de encerrar a gente en la Bastilla, incluso de por vida, hoy no queda muy bien. Ni en la Iglesia. Pienso, además, que con el Papa es mejor pasarse en el respeto que en la crítica, aunque creo también que lo ideal sería una crítica respetuosa de aquellos hechos. Y sin caer en los extremos de que el Papa todo lo hace bien o todo lo hace mal. Y que al menor error hay que despedirle como a un criado infiel. Porque ese no es el camino de nada.