«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

«Ni una sola referencia religiosa en el discurso de Felipe VI»

Así titula su artículo de hoy Luis Fernando Pérez Bustamante.

http://infocatolica.com/blog/coradcor.php/1406191205-ni-una-sola-referencia-religi

No se me ocurrió perder el tiempo oyendo el discurso. Ni naturalmente acudí a la calle para aplaudir a su paso. Fui monarquico en mi juventud con algún riesgo. Tampoco mucho. No es cosa de exagerar. Iba a la Facultad con el JIII en la solapa y ello te podía suponer algún incidente con los falangistas. Menor, cuatro gritos y algún empujón. La verdad es que a fines de los cincuenta y comienzos de los sesenta los falangistas estaban ya de capa caída y no se necesitaba mucho valor para profesarse monárquico.

Hoy me he desengañado tanto, y desde hace bastantes años, mejor dicho, me han desengañado, que me traen sin cuidado el Rey padre y el que desde ayer u hoy, no lo sé bien ni me importa nada, es su sucesor. Le acepto como Rey de España, mientras lo sea, con el mismo entusiasmo que acepto al ministro de Fomento o al presidente de la Diputación. O sea, con ninguno. Los que para mí son valores fundamentales al Rey, o a ambos Reyes, les traen sin cuidado. Ni los mencionan. Pues que conmigo no cuenten.

Si en alguna misa a las que asista, que son las de los domingos y fiestas de guardar más alguna otra que caiga, en la oración de los fieles se reza por el Rey, desaparecida hace ya tantos ños la colecta Et famulos.., tampoco me voy a callar el Te rogamos óyenos. Y si Dios no quiere oírnos pues Él sabrá. No voy a enfadarme con Dios. Más bien pienso que tiene motivos sobrados para no hacernos caso. Sobre todo si los más interesados en la cuestión tienen a Dios más olvidado que los que viven en el barrio de Salamanca al marqués de ese título o o los malagueños al de Larios.

Mi actitud personal es eso, meramente personal. Sólo me afecta a mí. Que tengo todo el derecho, como cualquier otro, a que me afecte lo que me dé la gana. No prtendo el menor proselitismo. Que además dice el Papa Francisco que es muy malo. Aunque también tenga mis ideas al respecto sobre algunas del Papa Francisco. Que pueden no coincidir con las de él. A la coincidencia en todo no me obliga la fe católica. Sólo a aquellas cosas en las que tenga que coincidir. Que son contadas. En las otras, cada cual con las suyas.

Tenemos un nuevo Rey que en su discurso institucional, ni en otras cuestiones aledañas, parece, Pérez Bustamante dixit, aunque tampoco sea él naturalmenre el símbolo de mi fe, que no hizo la menor alusión a sus creencias ni a la religión que está indisolublemente unida a la historia de nuestra patria. La religión del Tercer Concilio Toledano, la de Covadonga, la de aquella Reina que quería un Nuevo Mundo para Dios, la de Lepanto, la de Domingo, Ignacio, Teresa, los Juanes, la del Greco y Zurbarán, la de los santos y los mártires… Esa es mi España. La otra, para quien la quiera. Yo, no. Y en la nostalgia de Pelayos, Alfonsos, Jaimes, Fernandos,  Isabeles, Carlos y Felipes, de aquellos que me merecen nostalgias, que otros hubo de ese nombre y para mí, ninguna. hoy me he sentido huérfano, más huérfano. Y al Rey, la hacienda y la vida se han de dar, pero el honor es patrimonio del alma, y el alma sólo es de Dios. Hoy Dios ha estado ausente. Yo, también.  

https://gaceta.eseduardo-garcia-serrano/dios-gracias-19062014-1625

https://gaceta.es/roberto-esteban-duque/refundacion-secularizada-monarquia-20062014-1123

https://gaceta.es/jose-javier-esparza/coronacion-civil-19062014-1810

http://infocatolica.com/blog/cura.php/1406191112-en-espana-hay-mas-catolicos-q#more24214

http://religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=36196

Pues algo ha chirriado en tan «maravilloso» acto cuando en horas veinticuatro han aparecido por lo menos los artículos que reseño. Y otros se me habrán pasado. 

Parece que Dios va a ser el gran ausente de este reinado. Al menos a juzgar por sus comienzos. Pues a mí Dios me interesa muchísimo y Felipe Vi me la trae al pairo. O casi. 

Claro que las Cortes no eran el lugar para rezar el Rosario. Tal vez ni un Padre Nuestro. Pero, una mención a Dios… Por breve que fuera. EStados Unidos es una patria aconfesional. Sus presidentes pueden tener la religión que quieran. De la del actual ni se sabe cual será. Hasta hubo uno católico. Pues todos concluyen sus actos institucionales verdaderamente importantes con un «Dios salve a América». Como nuestro actual Rey no quiere, o no se atreve, a algo parecido, yo concluiré este artículo con un «Dios salve a España». Ya que le salve a él no entra en mis preocupaciones.

 

 

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