En cuanto a China, Tillerson ha denunciado lo que muchos callan por temor a contrariar a los jerarcas comunistas del régimen: ‘En China, el Gobierno detiene y tortura a miles de personas por practicar sus creencias religiosas’.
El secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, ha presentado este martes el informe anual del Departamento de Estado sobre la libertad religiosa en el mundo relativo a 2016. Durante dicha presentación en sociedad, el canciller estadounidense no ha dudado en tildar de ‘genocidio’ los crímenes perpetrados por el Estado Islámico contra determinados grupos religiosos (especialmente cristianos y yazidíes), así como ha criticado las acciones gubernamentales contra las minorías en países como China, Irán, Arabia Saudí y Pakistán.
Al inicio de su intervención, Tillerson ha deleitado al público con un alegato sobre la libertad religiosa que bien podría resumirse en esta frase: ‘Nadie debería vivir con miedo, practicar su religión en secreto, o afrontar discriminación como consecuencia de sus creencias’.
Una parte sustancial del discurso del secretario de Estado ha estado dedicada al Estado Islámico y sus abominables crímenes contra las minorías religiosas: ‘El Estado Islámico es claramente responsable de un genocidio contra cristianos, yazidíes y musulmanes chiíes en áreas que están o estuvieron bajo su control’.
Pero este grupo yihadista no es sólo responsable de crímenes contra grupos religiosos y étnicos específicos, sino también de muchas otras atrocidades que Tillerson ha enumerado y ha prometido combatir: ‘El EI también es responsable de crímenes contra la humanidad y limpieza étnica contra los mismos grupos, y en algunos casos contra musulmanes suníes, kurdos y otras minorías. La protección de estos grupos – y otros atacados por el extremismo violento – es una prioridad de la Administración Trump’, ha apuntado el secretario de Estado.
El jefe de la diplomacia estadounidense también se ha referido a otros países en los que la libertad religiosa no es respetada lo suficiente: Irán, Arabia Saudí, China, Pakistán, Baréin y Sudán.
Respecto a Arabia Saudí, un importante aliado norteamericano en Oriente Medio, Tillerson ha exhibido una contundencia mayor que la que cabía esperar. ‘Urgimos a Arabia Saudí a garantizar un grado más amplio de libertad religiosa para todos sus ciudadanos’, ha indicado el secretario de Estado, que se ha mostrado preocupado por los ataques contra chiíes en el país suní.
Y en cuanto a China, Tillerson ha denunciado lo que muchos callan por temor a contrariar a los jerarcas comunistas del régimen: ‘En China, el Gobierno detiene y tortura a miles de personas por practicar sus creencias religiosas’.
Pekín responde
El nuevo informe del Departamento de Estado no ha satisfecho, como era previsible, a China, que ha presentado una protesta a través del portavoz de su Ministerio de Exteriores, Hua Chunying: ‘Pedimos a Estados Unidos respeto, que maneje sus propios asuntos y deje de utilizar las religiones para interferir en los temas internos de otro país’.
De este modo, Hua, con notable cinismo, ha asegurado que su país ‘promueve y protege la libertad de religión’, así como ha señalado que el informe ‘ignora los hechos’ y que enuncia ‘aseveraciones sin fundamento’.
