El último balance oficial cifra en al menos 176 personas muertos y tres desaparecidos tras el siniestro de avión ocurrido este domingo en el suroeste de Corea del Sur, donde un vuelo de la aerolínea Jeju Air con 181 ocupantes se ha estrellado contra un muro durante una maniobra de aterrizaje en el Aeropuerto Internacional de Muan, a unos 290 kilómetros al suroeste de la capital, Seúl.
El servicio de Bomberos está a punto de cerrar su balance oficial después de que horas antes las autoridades dieran por muertos a 179 de los ocupantes del aparato, un Boeing 737-800 procedente de Bangkok (Tailandia). Solo dos personas, ambas miembros de la tripulación, han sobrevivido al tremendo impacto.
El Ministerio de Transportes de Corea del Sur ha informado de que la tripulación del avión avisó, cinco minutos antes del siniestro, de una colisión con una bandada de pájaros que causó daños en el aparato, incapaz de abrir su tren de aterrizaje. El aparato tocó tierra sobre su panza en torno a las 09.03, hora local, y se salió de la pista hasta estrellarse contra el muro exterior en una bola de fuego extinguida por los bomberos 43 minutos después, con el avión ya prácticamente destruido.
El presidente en funciones del país, Choi Sang Mok, se ha desplazado hasta el lugar del accidente tras ordenar a las autoridades que realizasen «todos los esfuerzos posibles» en las operaciones de rescate y ha prometido que «el Gobierno no escatimará para apoyar a las familias en duelo».
Por su parte, el consejero delegado de la compañía aérea Jeju Air, Kim E Bae, ha emitido una disculpa pública y trasladado sus condolencias a los familiares y allegados de los fallecidos, asumiendo «toda la responsabilidad como consejero delegado, independientemente de la causa». Kim, sin embargo, ha querido puntualizar que el avión se sometía a un mantenimiento regular y en ningún momento los controles arrojaron evidencias de mal funcionamiento.