El brutal ataque de Hamás contra la población en territorio israelí y la «guerra total» declarada por Jerusalén como respuesta han venido a trastocar por completo el panorama geopolítico como un imprevisible terremoto. Estados Unidos, que ha corrido en auxilio de su principal aliado, ha aprovechado la ocasión para advertir a Ucrania que su respaldo financiero y militar no es ilimitado, Europa suspende las ayudas a los palestinos y la frágil cooperación que empezaba a forjarse entre Israel y los países árabes del Golfo corre peligro, por decir poco.
El principal de estos, Arabia Saudí, ha congelado indefinidamente sus planes respaldados por Estados Unidos para normalizar los lazos con Israel, asegura la agencia Reuters a medida que se intensifica la guerra entre Israel y Hamás.
Además, el enfrentamiento abierto en Tierra Santa y su rápida escalada han llevado a los saudíes a estrechar lazos con el que fuera enemigo jurado de ambos, Israel y la propia Riad, Irán. Así, el príncipe heredero Mohammed bin Salman ha recibido su primera llamada telefónica del presidente iraní, Ebrahim Raisi, mientras Riad intenta impedir un aumento más amplio de la violencia en toda la región.
Las fuentes consultadas por Reuters aseguran que se retrasarán las conversaciones auspiciadas por Washington sobre la normalización de relaciones con Israel, clave para cerrar con Estados Unidos un pacto defensivo, aunque no se descarta que los saudíes estén aprovechando la coyuntura para subir el precio de su colaboración.
En los últimos meses se había logrado el milagro: Arabia Saudí, solar sagrado del Islam, anunciaba su deseo de avanzar en la normalización de relaciones con Jerusalén, abandonando tácitamente la causa palestina de la que tradicionalmente se declaraba valedora. Todo por conseguir una alianza militar con Estados Unidos.
Pero la realidad le ha estropeado los planes. Los medios de comunicación saudíes se han inundado con fotos, vídeos y testimonios favorables a sus ‘hermanos’ de Gaza, y ni siquiera los Ben Saud pueden permitirse desairar a todo el mundo árabe manteniendo una imposible neutralidad ante la inminente invasión israelí de Gaza.
Según una de las fuentes de Reuters, las conversaciones no podían continuar por ahora y la cuestión de las concesiones israelíes hacia los palestinos tendría que ser una mayor prioridad cuando se reanudaran las discusiones.
Luego está Irán, con cuyo presidente habló el heredero saudí por primera vez desde que China mediara el pasado abril para acercar a ambos países enfrentados hasta entonces. Un alto funcionario iraní confirmó a Reuters que la llamada, hecha por Raisi al príncipe heredero, tenía como objetivo apoyar a «Palestina y evitar la propagación de la guerra en la región». «La convocatoria fue buena y prometedora», dijo el funcionario.
Un segundo funcionario iraní dijo que la llamada duró 45 minutos y contó con la bendición del líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei.
