El Ejército de China ha iniciado este lunes por la mañana una serie de maniobras militares alrededor de la isla de Taiwán en las que simularán el bloqueo de sus puertos y asalto contra objetivos marítimos y terrestres, entre otras acciones, tan sólo unos días después de que el presidente taiwanés, Lai Ching Te, recalcase que su «misión» como mandatario es «resistir a la anexión» por parte de Pekín.
«Con buques y aviones aproximándose a la isla de Taiwán desde diferentes direcciones, tropas de múltiples servicios participan en ejercicios conjuntos, centrándose en temas de patrulla de preparación para el combate mar-aire, bloqueo de puertos y áreas clave, asalto a objetivos marítimos y terrestres, así como la toma conjunta de la superioridad integral», ha comunicado el portavoz del Mando de Operaciones Oriental, Li Xi.
Los ejercicios, bautizados como Espada Conjunta-2024B, pretenden comprobar sus capacidades militares y servir como una «severa advertencia a los actos separatistas» de la isla, considerada por Pekín como una provincia rebelde pero bajo su soberanía, y que se trata de una operación «legítima y necesaria» para «salvaguardar la unidad nacional».
Por su parte, el Ministerio de Defensa de Taiwán ha condenado en su cuenta de la red social X el inicio de los ejercicios, a los que considera como «irracionales» y «provocativos», por lo que ha decidido desplegar las «fuerzas apropiadas» en respuesta.
Desde Pekín, las autoridades chinas han reiterado en numerosas ocasiones que la independencia de Taiwán no será tolerada y que no descartarán el uso de la fuerza para impedir la secesión. Los vínculos entre China y la isla de Taiwán, a la que considera una provincia más bajo su soberanía, se rompieron en 1949, después de que las fuerzas del partido nacionalista Kuomintang sufrieran una derrota en la guerra civil contra el Partido Comunista y se trasladaran al archipiélago. Las relaciones se restablecieron sólo a nivel empresarial e informal a finales de la década de los 80.