Pyongyang ha extendido sus grandilocuentes amenazas tanto a Japón como a Corea del Sur, a los que afea su apoyo ‘ardiente’ a Estados Unidos
Corea del Norte continúa revolviendo la situación en la región Asia-Pacífico en las postrimerías del verano. De este modo, ha extendido sus grandilocuentes amenazas tanto a Japón como a Corea del Sur, a los que afea su apoyo ‘ardiente’ a Estados Unidos en la adopción de nuevas sanciones y a los que no descarta ‘liquidar’ en cumplimiento del deseo de su ejército y de su pueblo.
Tal y como detalla un comunicado del Comité norcoreano para la Paz de Asia-Pacífico, el régimen comunista de Pyongyang percibe como indispensable ‘asestar un golpe’ a los japoneses, que – dice el documento – ‘no han entrado en razón’ ni siquiera después del lanzamiento de un misil balístico que sobrevoló el archipiélago. Para añadir más fuego al incendio, en el comunicado se asegura que las islas niponas deberían ser ‘hundidas en el mar por la bomba nuclear Juché’.
En cualquier caso, como ya se ha señalado, también Corea del Sur ha recibido una dosis relevante de amenazas. No en vano, el comité norcoreano ha motejado a las autoridades de la Corea meridional de ‘traidoras’ y de ‘perras de Estados Unidos’ por apoyar sanciones contra sus compatriotas: ‘El grupo de traidores pro-estadounidenses debe ser severamente castigado y liquidado con un ataque de fuego al que no puedan sobrevivir. Sólo entonces, la nación coreana podrá prosperar en un territorio unificado’, reza el comunicado con la habitual verbosidad.
Asimismo, el régimen acaudillado por Kim Jong-un ha arremetido contra el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que es el organismo que ha adoptado las más recientes sanciones contra él. Así, Corea del Norte asegura que se trata de una ‘herramienta del mal’ al servicio de Estados Unidos y compuesta por países sin principios morales: ‘El Consejo de Seguridad de la ONU se compone de países sin principios y, en consecuencia, tal herramienta inútil debe ser disuelta de inmediato’.
Las sanciones contra Corea
Si bien menos severas que las propuestas por Estados Unidos, las sanciones impuestas por el Consejo de Seguridad infligirán un notable daño al régimen de Kim Jong-un. No en vano, atacan uno de los sostenes más importantes de la economía norcoreana, que es el suministro de petróleo.
La Resolución 2735 del Consejo de Seguridad, adoptada el lunes por la noche, pretende cortarle a Corea del Norte un tercio de sus importaciones gasolina, gasóleo, productos refinados y combustible pesado. De este modo, se pasaría de los 8,5 millones barriles actuales anuales a un límite de dos millones, que no es sino lo indispensable para la supervivencia del país. Asimismo, las sanciones prohíben sus exportaciones textiles, las cuales constituían la última fuente de ingresos que le quedaba al régimen.
Recordemos que las sanciones – las novenas desde el año 2006 – fueron adoptadas después de que el régimen estalinista de Pyongyang llevase a cabo su sexto y más potente ensayo nuclear el pasado 3 de septiembre.