El régimen chavista no tiene reparos en ordenar duras cargas contra los manifestantes y el número de muertos desde el pasado fin de semana es difícil de cuantificar.
El pasado domingo, mientras los chavistas acudían a votar para el autogolpe de Estado denominado Asamblea Constituyente, numerosos grupos de opositores salían en las calles de todo el país. Nicolás Maduro ordenó a las fuerzas policiales emplearse con firmeza y los incidentes se repitieron. La cifra de muertos es hoy todavía difícilmente cuantificable y más cuando se conocen testimonios como el que les reproducimos a continuación.
«Estamos en el Colegio San Jorge y la guardia nacional está quemando los autos, los sótanos, por favor necesitamos su ayuda», ruega la voz de una vecina de la zona de Los Molinos. La grabación continúa minutos cuando la mujer anuncia la muerte de varios jóvenes: «Nos mataron a los muchachos de la resistencia, a los muchachos de Los Molinos y Centenario. Los metieron en la casita pequeña, les acribillaron a balazos y al menos hay 20 muertos».
«En la esquina de la urbanización hay un francotirador, las fuerzas policiales están allanando cada casa. Esto es un guerra», sentencia la mujer entre sollozos.
A primera hora de la tarde del pasado domingo, la oposición que marchaba en la zona del Ejido, estado de Mérida, colocó unas barricadas en señal de protesta. La respuesta de la fuerza chavista no se hizo esperar y comenzaron a disparar a los manifestantes con gases lacrimógenos.
No tardaron en aparecer las tanquetas junto a las residencias de Los Molinos, donde comenzaron las inspecciones para encontrar a los responsables de las protestas. En ese momento, según denuncia la mujer, los agentes tomaron a un grupo de jóvenes que fueron encerrados en un pequeño cobertizo y baleados.
Denuncias desde el sector político
En el mismo estado de Mérida, Ángelo Méndez, de 28 años, Eduardo Olave, de 39, y Marcel Pereira, de 38, también perdieron la vida de forma violenta en las manifestaciones.
Según el diputado opositor Carlos Paparoni, Pereira murió asesinado por «colectivos» (grupos civiles a veces armados de defensa del Gobierno).
«El sector San Jacinto (de la ciudad de Mérida) llora a sus dos hijos, Eduardo Olave y Ángelo Méndez, quienes fueron asesinados en manos de grupos armados», escribió en Twitter la diputada opositora Milagro Valero.
La parlamentaria denunció arremetidas de la Guardia Nacional y de los colectivos contra la gente que mostraba su disconformidad con la Constituyente, que debe servir para cambiar la Constitución venezolana y llevará, según sus detractores, a una dictadura en Venezuela.
Las acciones de protesta -convocadas por la oposición pese a la prohibición decretada por el Gobierno- consistían en cortes de calles en el interior y en una gran concentración en la capital que fue desbaratada por la actuación persistente de la Policía y la Guardia Nacional (policía militarizada).
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