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Antes de la cumbre internacional del clima

La Agencia Internacional de la Energía señala que la red eléctrica no está adaptada para los «objetivos climáticos»

Subestación eléctrica. Europa Press

A punto de iniciarse en Dubái la vigésimo octava cumbre internacional del clima (COP28), a los objetivos de transición ecológica de la energía les ha salido un nuevo obstáculo: la Agencia Internacional de la Energía (AIE) alerta de que la capacidad de la red eléctrica disponible en el mundo no está adaptada al ritmo del rápido crecimiento de las tecnologías de «energía limpia».

Han hecho números, y si se quiere alcanzar las metas climáticas que han fijado los gobiernos, habrá que añadir o renovar más de 80 millones de kilómetros de red eléctrica para 2040, es decir, una extensión «equivalente a toda la red global que existe ahora», según el informe de octubre de la AIE. Aunque «la electrificación y el despliegue de energías renovables están acelerándose», existe el riesgo de que la transición a la energía limpia se estanque debido a la falta de «redes adecuadas para conectar el nuevo suministro de electricidad con la demanda».

«Al menos 3.000 gigavatios (GW) de proyectos de energía renovable, de los cuales 1.500 GW se encuentran en etapas avanzadas, están esperando en colas de conexión a la red, lo que equivale a cinco veces la cantidad de capacidad solar fotovoltaica y eólica agregada en 2022», señala el informe.

Mientras que las inversiones en energías renovables como la solar y la eólica, los vehículos eléctricos (EV) y las bombas de calor llevan tiempo creciendo muy deprisa (casi se han duplicado desde 2010), la inversión en redes eléctricas se ha mantenido «estática» en alrededor de 300.000 millones de dólares al año. En París, la cumbre del clima acordó en 2015 mantener el aumento de la temperatura promedio global en 1,5 grados por encima de los niveles preindustriales. Los retrasos en el establecimiento de la red eléctrica necesaria podrían dejar este objetivo «fuera de alcance», según el documento.

La agencia señala que actualizar la infraestructura de la red es un proceso que requiere mucho tiempo. La planificación, autorización y finalización de una nueva infraestructura de red suele tardar entre cinco y 15 años. En cambio, los proyectos de energía renovable pueden completarse en un tiempo menor: de uno a cinco años.

También apunta que las inversiones en redes tendrían que duplicarse para 2030 desde los niveles actuales a más de 600.000 millones de dólares por año. Además, si bien el informe de la AIE presenta la energía renovable como una acción proclimática, este tipo de proyectos energéticos pueden plantear graves riesgos de contaminación.

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