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no supondría mucho trastorno a nivel logístico

La ‘Candidatura Ibérica’ al Mundial 2030: ¿qué supone la adhesión de Marruecos?

Europa Press

Primero iba a ser una Candidatura Ibérica pura y dura entre España y Portugal. Más tarde se invitaba a Marruecos, aunque todo quedaba en un amago —sólo en un primer momento—, y finalmente el convidado era Ucrania, en un claro gesto por la invasión de Rusia. Pero la exrepública soviética salió de la ecuación ante la investigación que pesa sobre el presidente de la federación de fútbol de este país, Andriy Pavelko, tras verse envuelto en un caso de blanqueo de capitales. Y de nuevo a pensar en Marruecos: el rey Mohamed VI anunció hace un mes que el país alauita se une a españoles y portugueses en una candidatura conjunta para intentar albergar el Mundial de fútbol en 2030 —la vigésimo cuarta edición del torneo—.

Es la consecuencia de la evidente mejoría de las relaciones bilaterales entre España y Marruecos. El fútbol ha abierto una nueva etapa entre los dos países, un año después de la crisis diplomática provocada por el conflicto del Sáhara Occidental. De nuevo deporte y política, dos caminos condenados a entenderse.

Todo ello, además, después de haberse especulado con una posible candidatura de Marruecos, primero por separado y después junto a sus vecinos magrebíes Argelia y Túnez. Al final, nada de eso. Un auténtico galimatías que de momento deja una candidatura tripartita entre España, Portugal y Marruecos para intentar acoger, dentro de siete años, el segundo evento deportivo más seguido del mundo tras los Juegos Olímpicos. Sin olvidar que Ucrania podría volver a entrar en la ecuación, después de la invitación que el primer ministro luso, Antonio Costa, hizo a los ucranianos hace un par de semanas durante el Congreso de la UEFA celebrado en Lisboa y en el que Aleksander Ceferin salió reelegido como presidente del organismo europeo para un último mandato.

El caso es que oficialmente tenemos una candidatura España-Portugal-Marruecos para la Copa Mundial de Fútbol 2030 e, independientemente de lo que suceda con Ucrania en el futuro, sería la primera vez que un Mundial se disputa en dos continentes diferentes en caso de salir elegida.

Además de esta Candidatura Ibérica —o como quiera que se llame, si es que se le puede llamar así—, hay otra conjunta en Sudamérica, también confirmada oficialmente, entre Uruguay, Argentina, Paraguay y Chile, y otras tres no confirmadas: Arabia Saudí-Egipto-Grecia; China-Corea del Norte-Corea del Sur-Japón e Israel-Arabia Saudí-Emiratos Árabes Unidos, esta última a propuesta del presidente de la FIFA, Gianni Infantino.

Volviendo a la Candidatura Ibérica, los constantes cambios que sigue experimentando parecen no beneficiarla en absoluto porque no ofrece la imagen de seguridad que requiere la FIFA ni tampoco queda muy claro cuál es la verdadera cabeza visible del proyecto —a priori España—. Pero la situación puede dar un giro radical con la entrada de Marruecos: con España y Portugal la candidatura tenía seguros los votos de la UEFA, pero ahora contará también con los de la Confederación Africana de Fútbol (CAF). E incluso podría ganar adeptos en Asia, en concreto los de los países árabes que a buen seguro querrán que el Mundial vuelva a jugarse en su zona cultural tras la última experiencia que tuvo lugar el pasado invierno en Qatar 2022.

Cabe recordar que en el próximo Mundial, el de México-Estados Unidos-Canadá 2026, se estrena un nuevo formato con 48 equipos —16 más que hasta ahora— y un total de 104 partidos —40 más—: ante este nuevo panorama, se necesitan más estadios disponibles y más ciudades sedes, con lo que quizá con España y Portugal quizá no bastaría.

En este sentido, la adhesión de Marruecos —país vecino de españoles y lusos— no supone mucho trastorno a nivel logístico. Más bien al contrario. Por poner un ejemplo, un vuelo entre Rabat y Barcelona es de dos horas de duración, menos de la mitad (casi 4 horas y media) que un viaje en avión entre Kaliningrado y Ekaterimburgo, ciudades que albergaron el Mundial de Rusia 2018.

Aunque Infantino propuso la candidatura conjunta Israel-Arabia Saudí-Emiratos Árabes Unidos, la disputa del último Mundial de Clubes de la FIFA en Marruecos —ganado por el Real Madrid—, cuando apenas había países que lo querían albergar, le ha supuesto un gran lavado de imagen al país alauita en el seno del máximo organismo del fútbol mundial.

Aspectos positivos para esa Candidatura Ibérica España-Portugal-Marruecos (tal vez también Ucrania más adelante), aunque la candidatura sudamericana Uruguay-Argentina-Paraguay-Chile defiende que la Copa del Mundo tiene que volver allí cien años después, tras la primera edición disputada en Uruguay 1930.

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