Los países miembros de la Unión Europea (UE) podrían duplicar la cantidad de residuos urbanos y electrónicos reciclados y aumentar un 30 % la de los procedentes de construcción y demolición en el marco actual, señaló este martes la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA).
En el caso de los llamados residuos sólidos urbanos, se podría pasar de un 43 a un 80 %, de 126 millones a 237 millones de toneladas, sobre todo en el caso de comida, plástico, textil y desechos de jardín, según un informe.
Aumentando la recogida separada de mampostería, hormigón y restos de asfalto, el reciclaje de residuos de la construcción y demolición subiría del 74 % al 96 %.
Para los residuos electrónicos, el informe ve posibilidades de doblar los 3,8 millones de toneladas recogidos en 2017, pasando de un 31 a un 75 % de tasa de reciclaje.
La AEMA admite que la principal barrera para mejorar las tasas de reciclaje de estos flujos de residuos es el bajo precio de mercado de recursos naturales y materias primas vírgenes, seguida por la composición compleja de algunos desechos, lo que dificulta el reutilizamiento de los materiales.
Este organismo resalta que la legislación comunitaria actual marca ya objetivos ambiciosos de reciclaje hasta 2035, pero considera que la recogida más frecuente y selectiva de residuos, regímenes de mayor responsabilidad de los productores y prácticas de demolición selectiva podrían aumentar el potencial.
Aspectos como la presencia de materiales no reciclables en los flujos de residuos, el coste creciente de la recogida selectiva y las dificultades de los consumidores para distinguir y separar de forma correcta los materiales en productos complejos obstaculizan el aumento de la tasa de reciclaje.
De ahí que la AEMA señale que es necesario impulsar medidas complementarias para mejora la economía del reciclaje, eliminar substancias peligrosas de los productos y usar conceptos de «diseño para reciclar».
Los cálculos de la AEMA se basan en los últimos datos disponibles y el actual estatus de la legislación comunitaria, pero no en las medidas incluidas en el plan de acción de economía circular del nuevo Acuerdo Verde Europeo, que podrían mejorar aún más el potencial de reciclaje.