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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Los demócratas echan un pulso a Trump y este busca golpear a Biden comparándolo con Castro y Maduro

La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi

La campaña del presidente de EE.UU., Donald Trump, busca golpear al virtual candidato demócrata a la Casa Blanca, Joe Biden, con un anuncio en español en el que compara al exvicepresidente con figuras de la izquierda latinoamericana como Fidel Castro, Hugo Chávez y Nicolás Maduro.

El comercial, de apenas de 34 segundos de duración y promovido por la organización Latinos por Trump, arranca con una intervención en la que Biden asegura que será uno de los presidentes «más progresista» de la historia Estados Unidos.

«¿Progresista?», es la pregunta que se lee sobre otra imagen del aspirante demócrata y que sirve de hilo conductor para la aparición de las figuras de la izquierda latinoamericana, que además se han identificado con el socialismo.

«Nuestros Gobiernos progresistas», se escucha en una intervención de Chávez, quien gobernó Venezuela desde 1998 hasta su muerte en 2013.

Le siguen en la recopilación de intervenciones el desaparecido líder cubano Fidel Castro, el actual presidente de Venezuela, Nicolás Maduro -quien no es reconocido por el Gobierno de Trump-, y el exalcalde de Bogotá Gustavo Petro.

Al final, el aspirante a la nominación demócrata aparece abrazado con el senador progresista Bernie Sanders.

El mensaje advierte que cuando quieren decir socialista, se refieren a: «una revolución socialista en las propias narices de Estados Unidos», según se escucha en un extracto de un discurso vehemente de Castro.

Y la propaganda cierra con la comparación «Progresista=Socialista» escrita sobre una fotografía del breve apretón de manos que Biden y Maduro protagonizaron durante la toma de posesión, en enero de 2015, de la entonces presidenta electa de Brasil, Dilma Rouseff.

En ese entonces, Biden era el segundo a bordo de la Administración del presidente Barack Obama, quien gobernó Estados Unidos entre 2009 y 2017.

En gran parte por su impopular gestión de la crisis de COVID-19, cuya gravedad negaba en un principio, Trump se ha desplomado en las últimas encuestas electorales frente a su rival demócrata.

Los números son especialmente preocupantes para Trump en estados clave que ganó en las elecciones de 2016, como Michigan o Pensilvania e incluso ponen en peligro fortines como Florida, que es el nuevo foco de la pandemia en el país.

Según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins, 4,69 millones de personas han contraído el coronavirus en Estados Unidos, donde las muertes superan los 150.000 casos.

Los demócratas echan un pulso a Trump por el nuevo paquete de rescate

Mientras la economía se desploma y crecen los casos en EE.UU., los demócratas mantuvieron este lunes su pulso con el presidente estadounidense, Donald Trump, para lograr un nuevo paquete de rescate que incluya cuantiosas ayudas sociales.

El escenario de la nueva batalla entre republicanos y demócratas es la oficina en el Congreso de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.

Allí se reunieron este lunes durante dos horas a puerta cerrada los líderes demócratas, Pelosi y Chuck Schumer, líder de la minoría en el Senado, así como los dos representantes del mandatario: el secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, y el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows.

Los demócratas no ceden

«Fue productivo aunque todavía tenemos nuestras diferencias», dijo a la prensa Pelosi a la salida del encuentro.

Explicó que las partes están debatiendo contra reloj sobre cuáles son las necesidades de EE.UU. para determinar cuántos fondos deben destinarse a diferentes programas y afirmó que, a su juicio, el problema es que «millones de niños no tienen seguridad alimentaria, millones de personas tienen miedo a ser desahuciados y decenas de millones de personas están viviendo de los subsidios al desempleo».

Pelosi insistió en que la propuesta demócrata no ha cambiado: quieren que el Congreso apruebe un rescate de 3 billones de dólares que mantenga intacta la ayuda de 600 dólares semanales que hasta ahora estaban recibiendo los estadounidenses.

Frente a ello, los republicanos ofrecen un rescate de 1 billón de dólares con una rebaja de la ayuda al desempleo a 200 dólares semanales.

Además, los demócratas quieren que el paquete incluya fondos para una estrategia federal frente a la pandemia y están presionando para conseguir ayuda para los estados, así como fondos para fortalecer el Servicio Postal de cara a las elecciones de noviembre, ya que muchos estadounidenses tendrán que votar por correo.

Ese punto del voto por correo es el que más incomoda a Trump, que ha puesto en duda su fiabilidad y hoy mismo amenazó con demandar al estado de Nevada por estar valorando implantarlo para los comicios de noviembre.

Trump amenaza con tomar medidas por su cuenta

Asimismo, el presidente este lunes amenazó con actuar por su cuenta para evitar los desahucios mediante una orden ejecutiva.

«A mucha gente la van a echar a la calle, pero yo lo voy a parar, y lo haré yo mismo si tengo que hacerlo. Tengo muchos poderes con respecto a las órdenes ejecutivas y estamos valorándolo muy seriamente ahora mismo», aseveró Trump en declaraciones a la prensa en la Casa Blanca.

A finales de junio expiró una medida que había impedido el desalojo de unos 12 millones de estadounidenses durante los últimos cuatro meses y, además, el viernes vencieron las ayudas semanales de desempleo de 600 dólares que estaban recibiendo unos 30 millones de trabajadores en EE.UU.

A pesar de la gravedad de la situación, Trump ha estado ausente en las conversaciones con los demócratas y tampoco ha logrado unificar a su partido, donde una minoría de legisladores se resiste a apoyar cualquier tipo de gasto adicional porque les preocupa un aumento de la deuda.

El presidente, sin embargo, se reivindicó este lunes y dijo haber estado «muy implicado» en el proceso.

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