«Francia no intervendrá militarmente en tierra en Siria», subrayó Macron durante una visita a la India.
El presidente francés, Emmanuel Macron, defendió su estrategia de diálogo con su homólogo ruso, Vladímir Putin, tras la velada crítica de su antecesor, François Hollande, quien pidió que las «potencias democráticas» endurezcan su posición con Moscú y Ankara por la estrategia de ambos países en Siria.
«Francia no intervendrá militarmente en tierra en Siria», subrayó Macron durante una visita a la India al ser preguntado sobre Hollande, que ha salido de su mutismo para reclamar una acción que ponga fin a las matanzas de población civil en las regiones de Afrín y Guta Oriental, de las que responsabiliza, respectivamente, a Turquía y al régimen sirio de Bachar al Asad, apoyado por Rusia.
El actual jefe del Estado francés señaló que desde que fue elegido el pasado mes de mayo mantiene «una política constante y coherente» que busca «ser eficaz» con el restablecimiento del diálogo entre las partes. E hizo notar que la falta de ese diálogo en los últimos años no había permitido avanzar en el proceso de paz.
Fue una forma de aludir de forma indirecta al socialista Hollande, quien, en una entrevista publicada hoy por «Le Monde», le reprochó implícitamente su actitud conciliadora con Putin.
«Hay que hablar con Vladímir Putin -dijo el expresidente-, se puede aludir a las relaciones históricas entre Francia y Rusia. Pero eso no es razón para dejar que avance sus peones sin reaccionar». Añadió que, como la posición del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, «no es ni clara ni previsible, corresponde a Francia, a Europa, a la OTAN ponerse en movimiento».
Hollande, quien nombró a Macron su ministro de Economía entre 2014 y 2016, quiere que se establezcan zonas de exclusión aérea en Afrín y en Guta Oriental para evitar los bombardeos contra la población civil en esas dos regiones de Siria por parte, respectivamente, del Ejército turco y del régimen de Bachar el Asad.
El que hasta mayo de 2017 fue el jefe del Estado francés denunció que Turquía, que es miembro de la OTAN, esté atacando a los «propios aliados» de la Alianza Atlántica en Afrín, es decir, a los kurdos que controlan esa región, y que lo esté haciendo «con el apoyo en tierra de grupos yihadistas».
En cuanto al apoyo que Rusia presta a Al Asad, el expresidente indicó que los occidentales pueden presionar a Moscú con sanciones, con reglas comerciales, así como con el petróleo y el gas, que son sus principales exportaciones.
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