«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Nueva Orleans y San Antonio, dos ciudades con profunda impronta española

La herencia hispana también se siente en el nombre de las calles, como el de la bulliciosa Borbón o la Plaza de España, donde lucen todos los escudos de las provincias españolas.


Tres siglos después del nacimiento de Nueva Orleans y de San Antonio, los reyes van a recorrer desde este viernes ambas ciudades para rememorar la destacada contribución que España hizo en los orígenes de los dos núcleos en numerosos ámbitos y que siguen aún presentes en la actualidad.
Eclipsada por la fuerte presencia colonial en el sur y centro de América, la Corona española llegó a tener bajo su dominio a finales del siglo XVIII más de la mitad del territorio de lo que hoy es Estados Unidos, desde los Grandes Lagos hasta el golfo de México.
Fue en 1763, con el Tratado de París tras la guerra de los Siete Años entre Inglaterra y Francia, por la que esta cedió a España el control de la Luisiana -lo que hoy abarcaría 16 estados estadounidenses- y de su ciudad más emblemática, Nueva Orleans, que gobernó hasta 1803 en una de las etapas de mayor esplendor de la ciudad del Misisipi.
«La configuración urbana de Nueva Orleans se debe bastante más de lo que se piensa a la aportación española», resume a Efe José Cepeda, catedrático de Historia de la Universidad Complutense de Madrid.
Edificios emblemáticos como el Cabildo, el Presbiterio o la Catedral de San Luis forman parte del legado arquitectónico que perdura tres siglos después.
El incendio de 1788 obligó a reconstruir el centro histórico, pero no ya con madera, sino con el adobe, el ladrillo y los balcones de herrería que dan al barrio francés su peculiar aspecto y que convierten a Nueva Orleans en una de las ciudades con más encanto del país.
La herencia hispana también se siente en el nombre de las calles, como el de la bulliciosa Borbón o la Plaza de España, donde lucen todos los escudos de las provincias españolas.
Mientras que Nueva Orleans fue fundada por los franceses, San Antonio lo fue por los españoles mediante las misiones franciscanas y las familias canarias que colonizaron las tierras de la que fue capital tejana.
Aquel dominio se refleja en el actual escudo de Texas, donde la bandera de España reluce junto con las de los otros cinco países que en su día ejercieron la soberanía sobre este territorio sureño.
La arquitectura misionera dejó también en San Antonio elementos de sello español como los fuertes y los patios, así como «los caminos reales que sirvieron para vertebrar el territorio conectando el norte del Virreinato de Nueva España con los presidios y misiones orientales», como explica a Efe el secretario general de la Fundación Consejo España-Estados Unidos, Manuel Lejarreta.
La influencia española se extendió a «los cultivos, los regadíos y los caballos», introducidos en el siglo XVI por el expedicionario Juan de Oñate, y también a la cocina o a la música que los religiosos enseñaron a los indígenas.
Los numerosos aspectos en los que España dejó su impronta y el control sobre un territorio tan vasto como era el de la Luisiana no se corresponden con el grado de conocimiento que hay de tal contribución, según los expertos.
«No hemos sido capaces de vender bien esa imagen y de ahí deriva el olvido absurdo que hay de la importancia de España en Norteamérica», lamenta Cepeda, que también lo achaca a que los diferentes reyes se volcaron en el sur y centro de América y mostraron «cierto desdén» a las grandes llanuras de Estados Unidos.
Lejarreta añade como factor el que en los colegios no se haya prestado apenas atención al dominio que España ejerció en Norteamérica, «aunque la soberanía apenas era efectiva por la falta de capacidad para controlar y poblar tan inmenso territorio».
El control español en Estados Unidos se prolongó hasta alrededor de 1820, tres siglos después del descubrimiento de Norteamérica a cargo de Ponce de León tras su llegada a Florida.
España se replegó después de haber tenido un papel decisivo en la guerra de la Independencia de Estados Unidos, en donde apoyó a los colonos norteamericanos en su pugna con los ingleses con el papel heroico de figuras como Bernardo de Gálvez.

TEMAS |
+ en
.
Fondo newsletter