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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Reino Unido promociona el uso del hiyab entre las mujeres occidentales

El día 1 febrero se celebró el día mundial de la citada prenda islámica que oprime a las mujeres y las obliga a taparse en público.


Londres es una de las ciudades más multiculturales del mundo y el uso del hiyab en sus calles es habitual. Los musulmanes forman un grupo importante dentro de la sociedad y el alcalde de la metrópolis, Sadiq Khan, también es musulmán. El nombre de Mohamed ha desbancado a nombres tradicionales británicos y es ya el más común entre los varones recién nacidos en el país. La firma Baby Centre analizó los nombres más populares y confirmó que Oliver y Jack han perdido su tradicional trono. Mohamed, escrito de diferentes formas, es ya el más utilizado, lo que da cuenta del peso migratorio de la ciudadanía.
Esta población ha creado auténticos guetos en barrios como Newham y Tower Hamlets, donde el verdadero poder está en manos del consejo de la Sharia Islámica de Leyton. El este de la capital británica se ha transformado en una suerte de califato que tiene sus propias leyes, sus propias escuelas, sus propios líderes y sus propios templos. Todos ellos, vinculados o controlados por grupos radicales como el Islamic Forum of Europe (IFE). Creada por Jamaat-e-Islami Chowdhury Mueen-Uddin, condenado a muerte en noviembre de 2013 por el Tribunal de Crímenes de Guerra de Bangladés, la organización extremista tiene un objetivo: imponer un ‘califato’ en Europa.
En esos barrios han proliferado las llamadas patrullas de la sharia, una suerte de policía islámica a espaldas del Estado que trata de hacer cumplir leyes ajenas al propio país. Aunque su propósito suene disparatado, las intenciones del joven no van nada desencaminadas. Efectivamente, muchas zonas y barrios británicos ya no tienen nada que ver con el Reino Unido.
La última medida de las autoridades británicas también va en este sentido. La Oficina de Relaciones Exteriores y del Commonwealth promovió el uso del velo islámico, la prenda que oprime a las mujeres de medio mundo, con motivo del día mundial del hiyab, y regaló este tipo de prendas a todos aquellos que quisieran lucirla.
El FCO -el equivalente británico del Departamento de Estado estadounidense- emitió invitaciones a su personal antes del evento, con las siguientes instrucciones: «¿Te gustaría probar un hiyab o aprender por qué las mujeres musulmanas llevan pañuelo en la cabeza? Ven a nuestro evento. Bufandas gratis para todos aquellos que quieran usarlo durante la jornada. Las mujeres musulmanas, junto con los seguidores de muchas otras religiones, han elegido usar el hiyab».
Las autoridades se han negado a dar más datos sobre el evento a pesar de la polémica que ha causado, pues son muchos los que no comprenden cómo el gobierno británico puede amparar y financiar este tipo de actividades.

Financiación de rebeldes

Una investigación del diario ‘The Times’ puso de manifiesto que las autoridades británicas destinaron importantes cantidades de dinero para financiar a las facciones rebeldes apoyadas por Estados Unidos con el objetivo de derrocar al régimen de Bashar Al Assad. Las Primaveras Árabes tocaban a su fin y el presidente sirio aún aguantaba en el poder.
Las potencias occidentales entregaron también modernas armas a los rebeldes, que decían luchar tanto contra Al Assad como contra los islamistas que tomaban posiciones en la zona. Nada más lejos de la realidad. Unos años después, la mayor parte de estas organizaciones mutaron en bandas terroristas similares al Estado Islámico que no atendían ya al mandato de ningún país.
El tabloide británico desveló la existencia de otra partida de fondos públicos destinados a la Policía Siria Libre (FSP), unas milicias que se ha demostrado que transfirieron importantes cantidades de armas y dinero al Frente al-Nusra.

‘La sharia vencerá’

Abu Rumaysah es uno de los predicadores más enérgicos de Reino Unido. Cuenta con una legión de seguidores en Londres, donde se crió en un ambiente occidental hasta que a los 19 años se convirtió al Islam, y ha dedicado los últimos 10 años a adoctrinar a los más jóvenes en una de sus versiones más radicales.
“La bandera negra del Islam y del Estado Islámico se verá pronto en todas partes”, aseguró Rumaysah. Desde el garaje donde realiza los encuentros con el resto de radicales y ante la impunidad de las autoridades, el predicador no esconde su pasión por los discursos de Omar Bakri Mohammed: “Nos pidió que colocáramos la bandera en lo alto de Downing Street y algún día lo haremos”.
Rumaysah señaló que los musulmanes “están avanzando” en Reino Unido y cuentan con más presencia en las instituciones públicas: “No creo en la soberanía de la Reina, ni en que la autoridad esté en manos de otras personas que no sean musulmanes”.
“La gente de Reino Unido está viviendo en la ignorancia, su país está en guerra y si siguen quedándose callados, eso no les va a ayudar”, mantuvo Rumaysah.

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