Tras la reunión del G-20, en la que el presidente norteamericano, Donald Trump, y el chino, Xi Jinping, acordaron aunar esfuerzos para la desnuclearización de la Península de Corea, China ha comunicado la decisión de “reducir a cero” su colaboración con el régimen de Corea del Norte.
En un comunicado difundido este domingo, el ministro chino de Relaciones Exteriores, Wang Yi, dijo que Xi y Trump habían «llegado a un acuerdo» sobre la tensión hacia Corea del Norte y «confirmaron la intención de emplear medios pacíficos para resolver el problema».
China ha salido de la reunión del G-20, y de su encuentro con Trump, convencida de que la tensión en la península de Corea se deba a numerosos factores como el despliegue en Corea del Sur del sistema THAAD o las pruebas de misiles por parte de Corea del Norte. Se alinea así con la comunidad internacional respecto a la necesidad de observar las resoluciones de la ONU sobre el programa armamentístico de Pyonyang.
El jefe del Centro de cooperación internacional en asuntos de seguridad del Ministerio de Defensa de China, Zhou Bo ha asegurado que: «En el pasado efectivamente mantuvimos muchos contactos e intercambios, pero ahora todos ellos han quedado reducidos a cero». También aseguró: «Creo que ello refleja un cambio general en las relaciones bilaterales, cuyos motivos todos conocen».
Zhou también ha explicado que el Gobierno chino ha informado «muy claramente» a Pyonyang sobre su posición, la cual consiste en que los propios norcoreanos «inicien el proceso de desnuclearización de la península y garanticen la seguridad en la región».
Pese a lo complicado de la situación, ha explicado el responsable de Defensa, las autoridades norcoreanas «buscan contactos directos con EE.UU. y China trata de procurárselos». A modo de ejemplo, el jefe del centro ministerial ha citado en la entrevista la herramienta de las conversaciones a seis bandas que se llevaron a cabo en Pekín. Además de los países mencionados, este formato contó con participación también de Rusia, Corea de Sur y Japón.
Pero el cese de suministro de material militar no es la única medida de presión que ha tomado el gigante asiático. China es el único país del mundo que mantiene un tráfico de mercancías con el régime de Kim Jong-un. Especialmente importante para el mantenimiento de la dictadura comunista coreana es el envío de arroz desde China, que supone más del 60% del total del que se consume en el país.
La recolección de este cereal se realiza entre los meses de agosto y octubre y Pekin ya ha anunciado que no será tan generoso en la venta de este producto, que hasta ahora suministraba a un precio por debajo del mercado, y que puede cambiar esta situación.
China, que es el principal productor del mundo de arroz, recolecta anualmente unos 180 millones de toneladas. Pese a ser una cantidad tan importante, no es suficiente para el autoconsumo y se ve obligado a importar más de 50 millones de toneladas anuales. Si corta la exportación a Corea del Norte, el déficit se reducirá en un 75%.
Pekin ya ha avisado a Pyonyang que no está dispuesto a seguir siendo generoso con ellos si siguen siendo un factor de desestabilización en la zona.
Este cambio de postura de China respecto a Corea del Norte ¿es un éxito de las políticas de Trump?