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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Trump elige al 'halcón' John Bolton como director de Seguridad Nacional

Trump se deshace de su director de Seguridad Nacional, General McMaster, para nombrar a… ¡John Bolton!


Es oficial: renuncio. Renuncio a entender la jugada de Trump. McMaster, como el ex secretrario de Estado Tillerson, llevaban la tiempo en la rampa de salida de esta Administración que cambia de altos cargos como una adolescente rica de vestido, y, la verdad, si la única noticia que llegara a los trumpistas de primera hora fuera el cese de esos dos, la respuesta sería vítores de alivio.
Pero Mike Pompeo, recién salido de la CIA, era una pesadilla para quienes se habían tragado el discurso antibelicista de Trump, solo superado por el nombramiento de Bolton.
¿Recuerdan todas las veces que Donald ha repetido que la invasión de Irak fue un error? Pues Bolton es de esos neoconservadores a los que les supo a poco ese desastre. Es difícil encontrar una guerra potencial que no le apetezca empezar.
No exageramos ni un poco. Léanle el mes pasado en el Wall Street Journal abogando por un ataque preventivo contra Corea del Norte en una tribuna. Cada cierto tiempo se descuelga con declaraciones en favor de forzar ‘cambios de régimen’ en todo país que no se ajuste a la línea de Washington, contribuyó a generar apoyo popular a la invasión de Irak con lo que no podía ignorar que eran falsedades, presionó para la retirada de Estados Unidos del Tratado Antimisiles Balísticos de 2002 que reinició la carrera de armamento con Rusia y no para de pedir mano dura con China y Rusia.
¡Bolton, Dios mío! ¿En qué está pensando Trump?
Ya se ha informado de que Trump le ha hecho prometer que no iniciará ninguna guerra desde su nuevo cargo, y Bolton ha respondido que todo lo que ha dicho hasta ahora no debe tomarse en cuenta, que ahora promete ser bueno.
En experiencia geopolítica, Bolton ha vuelto varias veces antes de que Trump haya empezado a ir. Solo puede haber un motivo racional para fichar a Bolton, y es preparar guerras. Es lo suyo. Nadie contrataría a Genghis Khan para dirigir Pacifistas Sin Fronteras.
Lo que viene ahora es la denuncia del tratado que Obama firmó con Irán en relación al programa nuclear de este viejo enemigo. Si se pone fin al tratado, Bolton lo tiene muy fácil para organizar una de sus guerritas. Sería algo así: Irán, liberado de su compromiso, retomaría el programa y con prisa.
Llegado el momento, no le sería difícil a Bolton convencer al presidente de que el programa iraní estaba muy avanzado y que era necesario un ‘ataque quirúrgico’ contra las instalaciones en cuestión. Ir, bombardear y volver, nada más, palabrita. Algo rápido y fácil.
Irán, naturalmente, respondería con ataques en los teatros de operaciones de Oriente Medio donde tiene mano y hay presencia americana: Siria, por ejemplo. Un americano muerto, uno solo, y Trump se vería obligado a ir a por todas. Y ya tenemos la guerra a lo grande.
Habrá quien se aferre a esa vieja idea del ‘ajedrez cuatridimensional’ y las ‘jugadas maestras’ de Trump. Pompeo y Bolton serían solo el peaje que Trump habría pagado al establishment para que le den un poco de margen, pero él les controlaría.
Piensen lo que deseen: Pompeo y Bolton, en el mundo que conocemos, solo significa una cosa. Y no es agradable.

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