Un incendio de inusitada magnitud arrasó por completo la iglesia de Notre-Dame-des-Sept-Allégresses en Trois-Rivières (Canadá) ayer jueves, dejando únicamente en pie la estructura de piedra del antiguo templo, ubicado en el Boulevard du Saint-Maurice. Las llamas, que devastaron el lugar, movilizaron a unos 90 bomberos, quienes lograron evitar que el fuego se extendiera a los edificios más cercanos. Todavía no se conocen las causas del siniestro, aunque se conoce que en el edificio se estaban llevando a cabo obras de renovación.
El director de bomberos de la ciudad, Dany Cloutier, informó en una breve comparecencia, a las 16.30 horas, que no se registraron heridos, ya que el edificio estaba vacío en el momento en que se desató el incendio. Los equipos de emergencia llevaban alrededor de dos horas y media luchando contra las llamas y, hacia las 21.00 horas algunos bomberos seguían trabajando para extinguir los focos dispersos de humo y brasas.
La alerta fue dada por un transeúnte que se presentó directamente en el cuartel de bomberos próximo a la iglesia. Cloutier confirmó que llegaron refuerzos de las localidades vecinas de Shawinigan, Saint-Étienne-des-Grès, Saint-Maurice y Bécancour para colaborar en la contención del fuego.
Aunque Cloutier evitó especular sobre las causas o el origen del incendio, varios testigos en el lugar indicaron que las llamas se originaron en un contenedor cercano al templo. El jefe de bomberos confirmó que, al llegar los equipos de rescate, el suelo estaba cubierto de escombros.
La magnitud del fuego fue tal que una densa columna de humo era visible a varios kilómetros a la redonda. Además, el incendio provocó un corte de energía que afectó a más de 2.300 direcciones, según informó la compañía eléctrica Hydro-Québec. El tráfico en la ruta 138, el boulevard de Saint-Maurice y el puente Duplessis se ralentizó, mientras las autoridades establecían un amplio perímetro de seguridad.
La policía, que también se desplegó en el lugar, procedió a evacuar el centro comercial situado al este de la iglesia, en la calle Saint-François-Xavier, como medida de precaución ante la posible propagación de las llamas, avivadas por el viento. Afortunadamente, se logró controlar la situación antes de que se extendiera.