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EL PELIGROSO avance DE LA IDEOLOGÍA TRANS

Un paciente ‘no binario’ demanda a la Sanidad canadiense por negarse a financiar una vaginoplastia sin extirparle el pene

Material quirúrgico. Foto de Piron Guillaume en Unsplash

Las cirugías de ‘cambio de sexo’ han emprendido un vertiginoso camino que escala desde la ya polémica ‘teoría afirmativa’ hasta la personalización de los tratamientos según el deseo de cada quien.

En países como Canadá, una de las naciones menos restrictivas con este tipo de operaciones, cada vez son más los pacientes «no binarios» —los que aseguran «no tener género»— que desean someterse a cirugías que no sean «exclusivamente femeninas ni exclusivamente masculinas».

El asunto ha llegado a los tribunales después de que KS —el nombre con el que aparece en los documentos judiciales—, un hombre de 33 años que vive en Ontario, haya demandado al Plan de Seguro Médico de Ontario (OHIP) después de que se haya negado a financiar una operación de ‘cambio de sexo’ para implantarle una vagina y a la vez mantener el pene con el que nació.

Este paciente argumenta que obligarlo a someterse a una ‘cirugía binaria‘ —en la que se le extirparía el pene— «podría considerarse un acto ilegal de terapia de conversión, así como una violación del Código de Derechos Humanos de Ontario».

El OIHP rechazó la solicitud de cirugía que KS hizo en 2022 con el argumento de que el procedimiento es experimental y no se realiza en Canadá, pero el solicitante se quejó ante la junta de apelaciones de la provincia, que anuló la decisión basándose en que la vaginoplastia está entre las 11 cirugías genitales externas con cobertura pública en el país y que no debería incluir inherentemente una penectomía.

Su médico apoya esta teoría. «Es muy importante para KS tener una vagina para su interpretación personal de su expresión de género, pero también desea conservar su pene. Es transfemenina pero no completamente en el extremo femenino del espectro (y) por esta razón es importante para ella tener una vagina y al mismo tiempo mantener un pene«, ha escrito este endocrino en una carta en la que apoya la solicitud de cirugía.

Este hombre también ha recibido el respaldo del grupo de derechos LGBTQ Egale Canada que asegura que la «interpretación del OHIP es excluyente y discrimina a las personas no binarias por su identidad de género». Ahora se espera que el Tribunal Superior de Justicia de Ontario emita un fallo en los próximos meses y, de dar la razón a KS, este viajará a una clínica especializada en Austin, Texas, para someterse al procedimiento.

Una operación que puede costar entre 8.000 y 70.000 dólares

Este caso, que ha sido recogido por el National Post, señala hasta dónde están llegando las cirugías de género en los países en los que la legislación es menos restrictiva, como Canadá o Estados Unidos.

«Nuestro sistema público de salud está al límite y necesita centrarse realmente en los procedimientos que son médicamente necesarios», ha asegurado a este medio Pamela Buffone, fundadora del grupo de padres Canadian Gender Report.

«¿Este tipo de cirugía es atención médica? El paciente no estará físicamente más sano debido a la operación, probablemente (esta cirugía) tendrá complicaciones posteriores, necesitará cirugías adicionales y otras demandas del sistema de salud», ha añadido.

El objetivo de la vaginoplastia con preservación del falo —la opción que pide KS— es crear una vagina que sea «estéticamente agradable» y al mismo tiempo «mantenga la estructura genital original» del pene, según la clínica Art Plastic Surgery de Nueva Jersey. No está claro cuál sería el precio exacto de una operación de estas características, pero la clínica The Crane Center ha asegurado al National Post que estos procedimientos oscilan entre los 8.000 y los 70.000 dólares.

En un caso similar el pasado mes de junio, el OHIP financió la cirugía de Nathaniel Le May, un funcionario de 41 años a quien le construyeron un pene sin extirparle la vagina ni el útero. «Mi resultado es el mismo que el de KS. Ambos tendremos pene y vagina», ha argumentado Le May en un correo electrónico al National Post.

La proliferación de estos procedimientos también quedó demostrada en los WPATH Files, la filtración de cientos de mensajes compartidos entre miembros de la Asociación Mundial de Profesionales para la Salud Transgénero de la que LA GACETA se hizo eco en marzo.

En esas comunicaciones, sanitarios especializados en «medicina transgénero» discutían sobre una ola de solicitudes de «cirugías no binarias». Procedimientos «no estándar» que dan como resultado cuerpos que, según terapeutas, «o no existen en la naturaleza o representan los primeros de su tipo y, por lo tanto, probablemente tengan pocos ejemplos de mejores prácticas».

Sin embargo, National Post también ha recabado el testimonio de médicos que están a favor de este tipo de intervenciones y que aseguran haberlas practicado «sin problemas». «Probablemente hago unas diez al año, no es raro. Los cuerpos con genitales mixtos existen absolutamente en la naturaleza», aseguró el Doctor Curtis Crane, cirujano plástico y urólogo reconstructivo del Crane Center, en un chat en Facebook al que ha tenido acceso el citado medio.

En cuanto a las razones que ofrecen quienes solicitan este tipo de intervención, este médico asegura que son variadas: «Algunas pacientes que buscan vaginoplastia obtienen gratificación sexual de su falo y no quieren tener que sentarse para orinar (…) Hay todo tipo de razones. No digo que una razón no sea suficiente. Es el cuerpo del paciente. Es una especie de asalto obligar a un paciente a extraer un órgano que está disfrutando».

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