«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Los agresores rodearon la ciudad desde las primeras horas del día

Una masacre yihadista deja decenas de civiles y cristianos muertos en el norte de Burkina Faso: «El tiroteo duró varias horas»

Civiles y cristianos en Burkina Faso. Redes sociales

Una nueva ola de violencia yihadista ha dejado decenas de cristianos y civiles asesinados en la ciudad de Djibo, ubicada en el norte de Burkina Faso, tras una serie de ataques simultáneos perpetrados por insurgentes armados el pasado domingo. La ciudad, asediada desde hace años, se ha convertido en uno de los principales focos del conflicto en la región del Sahel, donde grupos extremistas vinculados a Al Qaeda y al Estado Islámico imponen el terror.

Según testigos, los agresores, que se desplazaban en motocicletas y vehículos todoterreno, rodearon la ciudad desde las primeras horas del día y lanzaron ofensivas coordinadas contra instalaciones militares, puestos de policía y barrios residenciales. «Llegaron por centenares, rodeando toda la zona», ha relatado una fuente de seguridad. La incursión se prolongó durante varias horas, mientras se escuchaban disparos hasta bien entrada la tarde.

En medio del caos, se reportaron ejecuciones sumarias. Un residente declaró que varios hombres fueron asesinados frente a sus hogares, mientras que mujeres y niños lograron ponerse a salvo. «El tiroteo no cesaba. Era imposible salir», ha afirmado una estudiante local, quien ha añadido que su padre se encontraba entre las víctimas.

La organización yihadista Grupo de Apoyo al Islam y a los Musulmanes (JNIM), afiliada a Al Qaeda y activa en la región, ha asumido la autoría del ataque. De acuerdo con el medio Wamaps, especializado en la seguridad en África Occidental, los atacantes permanecieron en Djibo desde las 6 de la mañana hasta la 1 de la tarde, y abandonaron el lugar poco antes de que llegaran las fuerzas especiales burkinesas.

El saldo de víctimas sigue sin confirmarse oficialmente, aunque fuentes locales y de seguridad hablan de una «cifra muy alta» de muertos. «La ciudad está sumida en el duelo. Nadie comprende cómo pudieron actuar con tal libertad durante tanto tiempo», ha comentado un habitante. La evacuación no es viable sin protección militar, y los convoyes que organizan las fuerzas armadas para abastecer la zona llegan de forma esporádica.

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