«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
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Alfonso Ussía Muñoz-Seca. Madrid 1948 Escritor. Premios. Mariano de Cavia, González-Ruano, Jaime de Foxá y Baltasar Iban. Especial Ejército, Fundación Guardia Civil y FÍES de periodismo. 53 libros. Distinciones. Gran Cruz del Mérito Naval. Gran Cruz de la Orden del 2 de Mayo. Medalla de Oro de Madrid. Cruz de Plata de la Guardia Civil. Entre ABC, Tiempo, Época, y La Razón, más de 20.000 artículos. Pluma de Plata y Pluma de Oro.
Alfonso Ussía Muñoz-Seca. Madrid 1948 Escritor. Premios. Mariano de Cavia, González-Ruano, Jaime de Foxá y Baltasar Iban. Especial Ejército, Fundación Guardia Civil y FÍES de periodismo. 53 libros. Distinciones. Gran Cruz del Mérito Naval. Gran Cruz de la Orden del 2 de Mayo. Medalla de Oro de Madrid. Cruz de Plata de la Guardia Civil. Entre ABC, Tiempo, Época, y La Razón, más de 20.000 artículos. Pluma de Plata y Pluma de Oro.

Los semimuertos

22 de agosto de 2021

Leo estos días los mensajes que cuelgan esos miles de ilusos que siguen creyendo que los restos mortales del gran Federico García Lorca descansan en una cuneta escondida. Los restos del monumental poeta granadino están ubicados, custodiados y probablemente cubiertos de una lápida con otra identidad. Algún día, alguien de su familia desvelará el secreto, y los ilusos y tontos se quedarán sin argumentos.

El poema “Nunca fui a Granada” de Rafael Alberti es una farsa poética, una elegía infectada. Alberti no era amigo de Lorca. Sentía por Lorca una envidia profunda y resentida

–Al menos usted sabe dónde está enterrado su abuelo Muñoz-Seca-, me escribió años atrás un majadero. Pues sí y no. Sé que está enterrado en el camposanto de Paracuellos del Jarama, en una zona donde fueron inhumadas las víctimas de los fusilamientos de noviembre de 1936. Pero su ánimo, el alma, el recuerdo, es lo que vive. Sus huesos se amontonan con los de sus compañeros de martirio, y creo que se sienten bien, en una inmensa fosa común. Pepín Bello no fue un poeta. Pero sí amigo de muchos de los grandes poetas de la gongorina Generación del 27. Amigo íntimo de Federico, de Rafael Alberti, de Emilio Prados, de Manolo Altolaguirre, Dámaso Alonso, Gerardo Diego, José María Hinojosa, Luis Cernuda, Pedro Salinas… Y Ernesto Giménez Caballero, el intelectual conservador y posteriormente franquista que impulsó la armonía de aquella generación. Enloqueció un poco cuando propuso el matrimonio de Hitler con Pilar Primo de Rivera, que estuvo seis meses sin abandonar su hogar del susto que llevaba dentro. Pepín Bello, en todas sus contadas manifestaciones, siempre mantuvo que Federico huía como persona de las políticas y las ideologías, que jamás se reconoció socialista ni comunista, y que fue brutalmente asesinado por un grupo de salvajes fundamentalmente estúpidos. De la detención de García Lorca por parte de ese zaguanete de falangistas turbios, mucho supieron sus entonces protectores, los hermanos Rosales. 

Nadie ha recordado al gran poeta José María Hinojosa, asesinado en el mismo período de tiempo que Federico, Muñoz-Seca y Ramiro de Maeztu. Poeta luminoso y abierto, católico, de derechas y fundador de la revista “Litoral” (…). Lo asesinaron los comunistas en Málaga

El poema “Nunca fui a Granada” de Rafael Alberti es una farsa poética, una elegía infectada. Alberti no era amigo de Lorca. Sentía por Lorca una envidia profunda y resentida. Alberti fue un gran poeta y miserable persona. Por 25.000 pesetas – ¡de aquellos tiempos!-,  escribió una extensísima loa cuyo original se guardó en el archivo de las Bodegas Domecq al “Ilustrísimo señor Vizconde de Almocadén” en 1928. Alberti era ya comunista, pero 25.000 pesetas eran muchas pesetas, y alivió durante la creación del poema su entusiasmo obrero. Alberti nada hizo para liberar a su paisano y compañero de colegio en los Jesuitas del Puerto Pedro Muñoz-Seca. Su hermano, Vicente Alberti, le rogó e insistió durante meses que intercediera por él. Al fin, Rafael Alberti respondió a su hermano. “Vicente, deja de dar la lata por la suerte de Perico Muñoz-Seca. Ya lo hemos matado-. Nadie le quita ni un ápice de valor a su grandeza poética, pero como persona, es difícil superar su maldad de señorito de segunda con complejos de inferioridad. 

Por oleadas, todos los incautos recuerdan a Federico y exigen el hallazgo de sus restos mortales. Nadie, en cambio, ha recordado al gran poeta José María Hinojosa, asesinado en el mismo período de tiempo que Federico, Muñoz-Seca y Ramiro de Maeztu. Hinojosa fue amigo de Federico y Alberti, lo segundo, muy peligroso, como se pudo comprobar. Poeta luminoso y abierto, católico, de derechas y fundador de la revista “Litoral”, en la que compartía páginas y poemas con todos los componentes de aquella generación formidable. Lo asesinaron los comunistas en Málaga, y nadie lo recuerda.

Federico lo habría recordado con su enorme sensibilidad. Y yo lo hago como lector y español. La amistad con Alberti no era, en esa época, un detalle tranquilizador. 

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