No cabe duda, son delincuentes, y cuando llegan al poder lo son todavía más, aunque cabría señalar que, entre esa recua de bandoleros, hay excepciones, las que sobrepasan el nivel, que más que malhechores serían… No encuentro la palabra que sin ser grosera los defina. O, mejor dicho, la tengo, pero no voy a caer en su bajeza habitual.
Para colmo, no pierden casi nunca, se salen con la suya aplastando a los demás, a jueces, abogados, periodistas honestos, y a todo aquel que intente establecer un mínimo de verdad. Porque viven en y por la mentira. Son mendaces compulsivos, de extrema gravedad.
Puedo estar casi segura de que eso que la señora del presidente, una ex contable de saunas gays, que se hiciera de oropeles y títulos que jamás alcanzó por la vía normal, se niegue a declarar hasta en dos ocasiones en una sala de un juzgado, y que llegue de diva, muy por encima de altezas reales y presidentes bajo el manto protector de todos estos facinerosos, pisoteando a periodistas, abogados y jueces, tiene más que ver con que algo le anda tapando al marido, y ese algo sería muchísimo más comprometedor para ambos y para su presencia en el gobierno.
España saldría dañada, claro está, pues se ha visto envuelta a nivel internacional en los desmanes cometidos por semejantes basuras, traicionada por la irresponsabilidad de sus votantes, que con tal de que no gobierne la derecha, son capaces de lanzarse de cabeza por un barranco, siempre aplaudiendo al dictador; sí, lo sé, se llaman inútiles, y los hay en todas partes. Tampoco los voy a calificar de algo más que eso, como sí hacen ellos con nosotros, a los que nos titulan de fachas. Y digo “titulan” porque para mí ser facha ya es todo un título, un reconocimiento al coraje y a la honradez.
En Francia también existe otro espécimen que es un dechado de desvergüenza, el tal Jean-Luc Mélenchon, dicho con sus propias palabras, quien pretende ser el Fidel Castro y el Hugo Chávez de este país. Otro descarado comunista que le pagaba —según artículos publicados en la prensa gala— más de 150 mil euros a su pareja por ese «esfuerzo mayor» de subirle los vídeos a YouTube. Un tipo irrespetuoso de la Constitución, un viejo carcamal patético, contra el que pocos periodistas se meten porque le temen a su lado terrorífico pro Hamas y antisemita —y eso que comparado con Fidel Castro no es más que un bufón populista de los peores—. Así lo ha llamado el célebre Jonathan Miller en el DailyMail: ‘The most dangerous clown in France’: el más peligroso payaso en Francia.
Y sí, es peligroso, con el perdón del gremio de los payasos, es peligroso porque es un vendido a aquellos que anhelan destruir a Francia y Occidente, porque quiere imponer el islamo-comunismo, y bastante ha conseguido ya, por ejemplo, entre otras lindezas, que un bandido como Raphaël Arnault, fichado tres veces, que amenazó a una mujer, periodista, con meterle un balazo en la cabeza, antisemita hasta el tuétano, haya llegado a senador en las recientes legislativas.
De la misma calaña que este presidente que tenemos en España y su mujer, Mélenchon es alabado por grupos terroristas como Hamas y la Hermandad Musulmana. Siendo inclusive como son racistas ambos, como se pudo apreciar en este vídeo del español quien, tras saludar a una familia negra en la calle, se limpió las manos sin ningún tipo de complejo. Usan cualquier artimaña con tal de lograr el poder o continuar en él, mintiendo y robando.
¿Alguien cree que la mujer de este tipejo va a declarar algo en un juzgado? Ni lo sueñen. Los comunistas jamás ceden, y por encima de todo, con toda normalidad triunfan, así hayan convertido un país próspero como lo era Cuba en 1957 en una finca de su exclusiva propiedad, como hizo Fidel Castro, y continúan haciendo su hermano y su sobrino. Para conseguir sus triunfos se suben encima de los hombros de los lacayos de turno. En este caso, los Patxisnadas, los Bolañejos, las Chiquismonterillas, etcétera y demás, que sólo pasarán a la historia como lo que son: lameojetes.
De cualquier modo, celebro que VOX intente por cualquier medio que este falaz embustero que recibía al Rey de España con las manos en los bolsillo y que llegaba tarde siempre que tenía un evento junto al Rey, sea investigado como se merece, porque aquí el mayor, esperen, ¿cómo se dice correctamente?… «Presunto» fullero, es él.