«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
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Barcelona 1959. Escritor y periodista. Su último libro publicado es “PSC: Historia de una traición” (Deusto, 2020). Premio Ciutat de Barcelona año 2000 en Radio y Televisión.
Barcelona 1959. Escritor y periodista. Su último libro publicado es “PSC: Historia de una traición” (Deusto, 2020). Premio Ciutat de Barcelona año 2000 en Radio y Televisión.

Cuando llegue el referéndum en Cataluña

23 de noviembre de 2022

No me tilden de apocalíptico, porque me baso en los hechos. Y estos indican que, de seguir Sánchez, en Cataluña se celebrará un referéndum pactado. Lo advertí en 2018, mucho antes de que Sánchez indultase a los golpistas en 2021, cuando nadie hablaba de acercar presos etarras o de cargarse a la brava el delito de sedición. Se trata de una solución que formuló el republicano Joan Tardá y que retomaba aquella consulta ful que planteó en su día Artur Mas. De común acuerdo con el Gobierno, se plantearía a los catalanes tres preguntas: ¿Está usted satisfecho con el actual nivel de competencias que tiene la Generalidad? ¿Le gustaría que fuesen mayores? ¿Preferiría que asumiese todas las competencias incluso las que detenta el Estado?

El deseo del separatismo es hacer lo que le dé la gana pagando la fiesta, como ha sido hasta ahora, el conjunto de los españoles

Es evidente que se trataría de una consulta encaminada a la separación con España aunque hay que fijarse en lo sibilino de la misma. Nadie habla de «romper» con España porque, entre otras cosas, el deseo del separatismo es hacer lo que le dé la gana pagando la fiesta, como ha sido hasta ahora, el conjunto de los españoles. Lógicamente, el planteamiento es inconstitucional porque la soberanía nacional reside en el conjunto de todos, absolutamente todos, los españoles, y la parte no puede decidir por el todo. Pero el separatismo opina que, a fin de cuentas, las vascongadas ya van por libre y hacen lo que más les interesa sin tener que dar explicaciones a nadie y mucho menos al Gobierno de la nación. Esquerra pretende seguir las huellas del PNV y de Bildu, aspirando a influir en la gobernabilidad española para sacar tajada de cara a sus propios intereses, eso sí, con una cuota de poder que los haga prácticamente invulnerables.

Para Sánchez cumplir la ley solo es un eufemismo porque, al fin y al cabo, ¿la Fiscalía de quien depende?

Tal cosa supondría dar el certificado de oficial a lo que ya sucede en mi tierra, en la que declararte español y solicitar enseñanza en el idioma propio del Estado, por ejemplo, es visto como delito de lesa catalanidad y te condena al ostracismo y al acoso social. O rotular en español tu negocio, que comporta una sanción económica. O que el español se pueda hablar con normalidad en los medios de comunicación de la Generalidad, o que las comunicaciones oficiales sean también en español, o que el Parlamento regional no sea un corralito propiedad de separatistas y demás comparsas como socialistas y comunistas. Esa «consulta» sería la puntilla definitiva a lo poquísimo que queda de España en Cataluña y mucho me temo que también acabaría con la idea de una nación unida entre iguales, que es, al fin y a la postre, la única aspiración que tiene el separatismo: consagrar lo que ya existe, que hay catalanes de primera y nyordos, bestias con apariencia humana, españolazos y fascistas peligrosos que perturbamos su plácida vida de mantenidos.

Todo eso ha de llegar, mucho me temo, si no ponemos pie en pared y exigimos que se cumpla la ley. Claro que para Sánchez cumplir la ley solo es un eufemismo porque, al fin y al cabo, ¿la Fiscalía de quien depende?

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