Nada personal, ni de lo otro, tengo contra Teodoro García Egea, el número dos del Partido Popular. Tres días atrás, y en el jardín de la casa de Mazcuerras de un amigo del alma, organizamos un atractivo y apasionante campeonato de lanzamiento bucal de huesos de aceitunas. Elegimos – y no es publicidad encubierta- las aceitunas de manzanilla con hueso de la razón social “La Española”, por aquello de la tradición y el patriotismo. La carne de la olivas es muy sabrosa, y los huesos, recios y resistentes. Éramos diez los competidores, y quedé el último. Mi mejor lanzamiento apenas alcanzó los 150 centímetros de distancia, y el esfuerzo dinamitó mis posibilidades. Con esto quiero decir que admiro a quien ha conseguido ser en diferentes ediciones Campeón de Murcia de este complicado deporte, en el que se unen la fuerza de la lengua, el dominio del acto de la expulsión y el alarde orbital del hueso lanzado, que debe mantener un rumbo creciente al principio y una caída en diagonal para lograr una marca victoriosa. Eso sí, me gustaría que don Teodoro fuera más simpático y empático, como la portavoz Cuca Gamarra, que siempre habla enfadadísima. Esos modales han sido la causa de muchas desdichas en la historia del PP. Que sus dirigentes parecen distantes y secos, muy proclives a olvidar la simpatía arrolladora y gracia natural de su admirado José María Aznar.
La debilidad demostrada por don Teodoro y don Pablo Casado abre de par en par las puertas de una debilidad más acentuada
Don Teodoro se ha reunido con el representante de Pedro Sánchez, el señor Bolaños, para renovar los cargos de algunas instituciones constitucionales, como el Tribunal Constitucional y el de Cuentas, entre otros. No resulta estético que los dos partidos –por ahora-, más poderosos de España se repartan el equilibrio de la Justicia como si fueran cromos de su exclusiva propiedad. Visto el resultado de las reuniones, mucho me temo que a don Teodoro y al Partido Popular se la han metido, nuevamente, doblada.
En el Tribunal de Cuentas, los consejeros responsables de aclarar los gastos del llamado “Procés” y reclamar la devolución de las importantes cantidades malgastadas por los independentistas, se han visto relevados. La evidente malversación de caudales públicos, los gastos de las embajaditas catalanas en el exterior que hemos pagado todos los españoles y la actividad del actual fiscal, que ha sido desactivado, abre las puertas de la confusión más desbordada. Parece que la renovación del Tribunal de Cuentas ha sido pactada entre el PSOE, ERC, y el partido de Puigdemont, con don Teodoro presente con voz, pero sin voto. La postura del PP respecto a la renovación de los miembros del Consejo General del Poder Judicial era la justa y necesaria. Que fueran los jueces, y no los partidos, los encargados de llevarla a cabo. Pero visto el resultado de estas reuniones, se da por hecho que el CGPJ será renovado por el dedo de dos partidos políticos, y que será el PSOE quien será representado por la mayoría de sus miembros. Porque la debilidad demostrada por don Teodoro y don Pablo Casado abre de par en par las puertas de una debilidad más acentuada. Asi que “vosotros os quedáis durante dos años con la mayoría del Constitucional, y a cambio nosotros, los socialistas y comunistas, acaparamos durante cinco años la mayoría del Consejo General del Poder Judicial”.
—Me parece justo y equilibrado-, ha dicho don Teodoro, el hueso rudo de roer.
Duro de roer, pero roído.
Y todo queda entre ellos.