«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Vicepresidente Primero Acción Política de VOX. Jefe de la Delegación de Vox en el Parlamento Europeo. Abogado del Estado
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El rey está desnudo y ardiendo

4 de julio de 2023

Hans Christian Andersen publicó en 1837 su famoso cuento sobre «el traje nuevo del emperador», quizá más conocido como «el rey desnudo»; si bien ya el Infante Don Juan Manuel había relatado esa historia en El Conde Lucanor, una de esas maravillas de nuestra literatura que, no hace mucho, los niños españoles estudiaban en los colegios.

Historia universal e intemporal que, por esas evidentes razones, rige hoy con la brutalidad propia de nuestros tiempos. El rey está desnudo desde hace décadas. Y todos le miran, y sonríen, pero callan.

Los fenómenos promovidos de inmigración masiva y descontrolada, desde hace décadas en Francia u Holanda, y algo menos, en Italia o España, han desbordado absolutamente la capacidad de resistencia de las sociedades europeas. Cientos de miles, millones de personas han llegado a Europa, y sin voluntad alguna de adaptarse a nuestra cultura y nuestros modos de vivir y hacer, han usufructuado el sistema de beneficios sociales y, en un porcentaje altísimo, adquirido la nacionalidad de los países de destino, aprovechando los caducos sistemas civiles de adquisición de nacionalidad por ius soli.

La mera residencia en territorio europeo por un determinado número de años ha permitido la adquisición de la nacionalidad, y con ello la plenitud de derechos civiles y políticos, a millones de personas que desconocen en el mejor de los casos, rechazan en la mayoría y combaten en un cada vez mayor porcentaje, el sustrato moral y espiritual de las sociedades occidentales cristianas.

Los efectos han sido devastadores pero los medios de comunicación, las élites económicas, las élites políticas y los intelectuales del régimen han aplaudido y animado, promovido y fomentado un fenómeno, cada vez más rápido, violento y subvencionado, que caminaba hacia la subversión del orden social y político. El rey estaba desnudo y ellos aplaudían, bobalicones, o no tanto.

La izquierda europea, desesperada por el fracaso del comunismo en toda Europa, vio en la inmigración masiva y descontrolada un medio para un doble fin: socavar los fundamentos políticos y espirituales del orden occidental —familia, nación, fe y cultura compartidas— y al mismo tiempo mutar el cuerpo político mediante la atribución de la nacionalidad y, con ello, la creación de nuevos votantes, subsidiados.

La plutocracia, asimismo, vio en la inmigración masiva y descontrolada una oportunidad única para ampliar masivamente la demanda de empleo para una oferta limitada, con el efecto lento pero implacable, de la caída de los salarios y la precariedad laboral. Mano de obra barata. Los sindicatos de clase, bien pagados, al servicio de la izquierda, callados ante el daño al empleo.

Empresarios sin escrúpulos se han aprovechado y reclamado a los sucesivos gobiernos regularizaciones extraordinarias de cientos de miles de inmigrantes ilegales, en perjuicio evidente de los nacionales y de todos los extranjeros que vinieron a Europa cumpliendo las previsiones y exigencias legales, con su contrato de trabajo y voluntad de adaptación.

Los defensores del globalismo, enemigos declarados de las naciones, federalistas europeos y progres de todo pelaje, la han empleado como elemento corrosivo de la unidad esencial de las comunidades nacionales.

Los medios, en poder de las oligarquías, y subvencionados por los políticos, atemorizados por el pensamiento único y a su vez difusores del mismo, han ocultado la realidad de las plazas, calles, barrios, escuelas y mercado de trabajo.

El rey estaba desnudo y quien debía hablar, callaba.

Los intelectuales de uno y otro pelaje, salvo honradas excepciones como Oriana Fallaci o Houllebecq por citar solo extranjeros, viven secuestrados por el mito de las sociedades abiertas; llamando diversidad, a la atomización de la sociedad; inclusión, al ghetto; y tolerancia, al miedo instalado en los barrios más humildes.

Incluso desde los púlpitos se ha demonizado a quienes defendían públicamente la vigencia de la consolidada y razonable doctrina social de la Iglesia; revistiendo de caridad lo que no era tal.

El rey estaba desnudo. Y por toda Europa empezaron a surgir hombres y mujeres que lo dijeron. Denunciaron la realidad y señalaron a los culpables. Sobre ellos cayó la demonización y la criminalización. ¡Cómo se atreven a decir que el rey está desnudo; con lo bien que lo estamos pasando! Al momento, la etiqueta falaz, el insulto fácil, y el apartamiento social.

Y estalló la violencia en Francia. Masiva y descontrolada. Y el rey desnudo, empezó a arder. Ardieron bibliotecas, museos, negocios, coches de policía. Ardieron las calles. Y se hizo un silencio sepulcral en los medios mientras las élites seguían ofreciendo migajas para contentar al pueblo.

La situación es ya gravísima, incontrolable con los medios ordinarios. En toda la Europa que decidió abrir sus fronteras, irresponsablemente, a quien viniese, legal o ilegalmente, con voluntad de contribuir o de destruir. Y los que tejieron el traje nuevo del emperador, los que le han reído las gracias están inhabilitados para acometer esa labor, que es hercúlea.

Las recetas son de sentido común y aceptadas por la mayoría de los ciudadanos, que ven al rey desnudo —y ahora ardiendo— desde hace tiempo.

Primero, proteger las fronteras y exigir en todo caso el cumplimiento de la Ley en la entrada; reforzando a las fuerzas de seguridad con todos los medios personales, materiales y jurídicos precisos. Legítima defensa social.

Segundo, reforzar y adaptar la normativa de extranjería y asilo en el nuevo Pacto de inmigración europeo para asegurar la defensa de la frontera.  

Tercero, proceder a la inmediata expulsión de los inmigrantes ilegales en territorio europeo y de todos los que, residentes legales, hagan del delito su modo de vida, con acuerdos bilaterales de devolución so pena de poner fin a los acuerdos comerciales y a las ingentes cantidades de ayuda al desarrollo.

Cuarto, detener el efecto llamada al falso paraíso prohibiendo ex lege la percepción de ayudas y subvenciones por los inmigrantes ilegales y vinculando la residencia legal a un examen continuado.

Quinto, el cierre de mezquitas islamistas y la lucha implacable contra las mafias de tráfico de seres humanos y contra los núcleos de radicalización islamista en territorio europeo.

Sexto, la modificación del Código Civil en materia de nacionalidad para adaptar los modos de adquisición originaria y derivativa de la nacionalidad española a los nuevos tiempos, contemplando la pérdida de nacionalidad española no de origen para quienes subviertan el orden, atenten contra la nación y sus símbolos o cometan delitos graves o leves de forma reincidente, procediendo a su inmediata expulsión;

Séptimo, como se plantea ya en Francia, pérdida de ayudas y beneficios sociales a los padres cuyos hijos menores cometen delitos o subvierten el orden.

Octavo, revisión de oficio, urgente y sistemática, de todas las adquisiciones de nacionalidad fraudulentas por parte de extranjeros que no han renunciado ni piensan renunciar a su nacionalidad de origen, donde no hay convenios de doble nacionalidad.

El rey seguirá desnudo durante unos años, pero al menos, evitaremos el escarnio y dentro de unos años saldrá vestido a la calle, y nuestros hijos, también podrán salir a la calle sin miedo.

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