Me llamo Emily y vivo en Miami. Soy la típica chica que no sale en las revistas, tampoco quiero ser actriz, odio el deporte y me gusta la comida basura, disfruto los años ochenta porque son los que me están tocando vivir y soy joven pero no pienso hacer aerobic. No soy delgada ni soy bonita así que se que por peligroso que sea lo que me suceda, por arriesgada que se ponga la situación, él no vendrá a salvarme. Tampoco es que mi vida sea descontrolada.
Yo lo veo pasar a veces persiguiendo a los malos, con sus gafas de sol Ray Ban y su estilo inconfundible. ¡Esos trajes blancos con camiseta de color son tan elegantes y a él le quedan tan bien!. Se le adivinan las tiras de las pistoleras de cuero cruzadas en su espalda y me imagino cómo reposan junto a su cuerpo las dos armas. A veces me da tiempo a ver como le brilla el pelo al sol y hasta una vez, y fue por casualidad -lo prometo-, lo vi salir sin camisa de un barco que luego me enteré que hace las veces de su apartamento. Eso le hace ser aún más atractivo, una mezcla de canalla y lobo de mar, nómada y valiente, eso es irresistible.
Una amiga de una vecina, que su madre trabaja en el Departamento de Anti Vicio de la Policía del condado de Miami-Dade, me dijo que él era veterano de Vietnam pero que ahora era detective allí. Yo tuve que preguntar, la verdad, porque lo «anti vicio» me recordaba más al pastor de la iglesia presbiteriana a la que va mi madre en Carrollton, Georgia, que a unos detectives, pero es la división policial que se dedica a acabar con los criminales de esta zona. Los malos aquí son contrabandistas de armas, proxenetas dedicados a la extorsión de mujeres asustadas, asesinos y traficantes de drogas. Gente peligrosa con la que a veces tiene que hacer el trabajo desde dentro, infiltrándose, siendo uno de ellos. ¡Es tan valiente!
Cuando llega el momento de la detención siempre tiene que perseguir a los culpables y atraviesa la ciudad volando a ras del suelo en su Ferrari Testarossa, además, cuentan que cuando estas persecuciones sucede en el mar, y tienen que detener al delincuente antes de que abandonen las aguas territoriales estadounidenses, la planeadora avanza rompiendo la quietud del mar entre saltos de espuma blanca. Lo imagino con la mandíbula apretada, el pelo desordenado por el viento, el agua salpicándole y él a toda velocidad para cumplir con su deber.
Aunque me duela reconocerlo, tiene mucho éxito con las mujeres, le acompañan chicas preciosas a las que además salva de todos los peligros. Ellas al final acaban sanas, salvas y enamoradas. Las envidio. Hasta envidio a su compañero, porque son inseparables, pero la verdad es que ni me he fijado en él. Supongo que debe ser igual que si él pasara por mi lado, ni me vería, ni se daría cuenta que existo, pero yo sí se quien es, es Sonny Crockett deMiami Anti Vicio.