La investidura del Presidente del Gobierno toma forma. Aquellos que han criticado la decisión del Jefe del Estado se equivocan quizĆ” por el desconocimiento de su encorsetada función. DebemosĀ tener en cuenta que los deseos no necesariamente se convierten en realidad y que en nuestro sistema no gobierna el partido que gana las elecciones si no aquel que logra formar gobierno. Por ello no tiene mucho sentido el empecinamiento de Rajoy (aunque legĆtimo), mĆ”xime cuando en dos ocasiones ha declinado la posibilidad de optar a convertirse en Presidente. Se me antoja que cuanto menos, si debe morir, deberĆa hacerlo con las botas puestas.
Su decisión, la de negarse y sobre todo la que tiene que ver con no echarse a un lado para posibilitar la investidura de otro candidato mejor visto por el resto del parlamento, sitĆŗa a EspaƱa en una situación muy delicada. Es necesario poner de manifiesto que la postura enrocada del Presidente en funciones deja en evidencia un carĆ”cter de tintes autoritarios en lo polĆtico y de egoĆsmo en lo personal. Su error se fundamenta en no asumir que su futuro no se desprenderĆa de la ronda de consultas con el Rey. Su porvenir le fue revelado por los espaƱoles, en las elecciones vĆa resultados, plasmado en la pĆ©rdida de 63 diputados. Cierto es que no es de recibo que pretenda la Presidencia quien obtuvo 90 escaƱos pero, Āædónde podemos encontrar la legitimidad de quiĆ©n perdió 63?.
Antes, a finales de 2014, Podemos tomaba la iniciativa de la II Transición. Ya dejĆ© por escrito en aquellas fechas que se equivocaban quienes ninguneaban a los neocomunistas. Los partidos asentados al abrigo del postfranquismo miraban con sorna a esos intrusos sin darse cuenta de que les estaban robando la cartera. Ya lo han hecho. Ya gobiernan en las ciudades mĆ”s importantes de EspaƱa, en muchos casos con el indecente apoyo de unos socialistas irresponsables y traidores. De unos socialistas que comparten postulados polĆticos y que rocĆan todas sus actuaciones con agua bendecida de sectarismo y la intolerancia. El PSOE aĆŗn no ha asumido su personaje en esta función. El de convidado de piedra. El de muleta de Podemos. El de bastón de apoyo con el que azotar la libertad de aquellos que no comparten sus postulados.
Hoy Podemos sigue marcando la agenda polĆtica. Pablo Iglesias se la escribe a Pedro SĆ”nchez a modo de guión en esa libreta morada que ya marca las directrices del futuro que estĆ” por venir. Ese maƱana en el que EspaƱa se ha convertido en el decorado perfecto para la representación de un teatro esperpĆ©ntico en el que no falta lo fundamental: el aleccionamiento de abajo arriba. En este sentido no deja de ser llamativo el nombre de la compaƱĆa de tĆteres que el pasado viernes ahorcaba jueces, violaba mujeres y enaltecĆa terroristas en Madrid, en lo que el Ayuntamiento califica de error. Y es que lo llaman error cuando quieren decir terror. Ya lo hicieron en Navidad en forma de aquelarre laico y lo hacen ahora con teatrillos arrabaleros; sólo queda esperar para conocer lo que nos preparan para Semana Santa.