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Abogado franco-argentino, director del Instituto Superior de Sociología, Economía y Política (ISSEP) en Madrid
Abogado franco-argentino, director del Instituto Superior de Sociología, Economía y Política (ISSEP) en Madrid

Estamos como la Argentina

29 de julio de 2023

En una entrevista callejera, realizada luego de las elecciones generales del pasado 23 de julio, una señora consultada sobre la situación de España contestó con un sentido común abrumador «Estamos como la Argentina«. 

Tiene razón. Tal vez aún España no haya llegado al grado de postración en el que se encuentra la Argentina hoy en día, rota, moral, económica y socialmente, pero si continúa el mismo camino llegará inevitablemente al mismo lugar: al destino de la ruta socialista, marketeado como paraíso, en realidad, un infierno. 

Hace un par de años, luego del regreso del kirchnerismo al poder, cuando algunas personas lúcidas auguraban un futuro para la Argentina similar al de Venezuela, pocos lo creían posible. 

Craso error. Según aquello de que las mismas causas producen los mismos efectos, la política del Grupo de Puebla puesta en marcha por Kirchner y sus secuaces en la Argentina ha conducido a los argentinos a conocer los mismos males que los sufridos por los venezolanos y ya ningún argentino se sorprende cuando alguien se refiere a su país llamándolo Argenzuela.   

Si Pedro Sánchez logra insuflarle vida a su nuevo monstruo, Frankenstein segundo, España continuará desandando el mismo sendero siguiendo los pasos de Venezuela y la Argentina. España será Españazuela o Españatina. Elijan ustedes.  

Ya lo dice el refrán popular, dime con quién andas y te diré quién eres. Basta ver con quiénes se codean Sánchez y sus cómplices de Sumar para entender, con la misma sencillez de la señora de la nota, la catástrofe que despunta en el horizonte. 

Pero la situación es aquí más grave. España no sólo se parecerá a la Argentina. También se parecerá a Francia. La inmigración en España alcanzó números nunca antes vistos bajo el gobierno de Frankenstein primero. Todo indica que, si logra darle movimiento al segundo, España seguirá abriendo las puertas y los puertos a nacionalidades que son hostiles al tipo de vida español, a toda su cultura y a su fe. Careciendo de todo don de profecía, no es difícil acertar un triste futuro para España y un aumento descontrolado de crímenes, en particular degüellos y violaciones, como en Francia. Tampoco es difícil predecir que, si termina Sánchez su nueva creatura, España seguirá siendo un laboratorio de las experimentaciones woke, combinado con una estricta aplicación de la Sharia LGBT por aplicarse ésta con el mismo rigor de la ley islámica, pero al revés. 

Abruma ver que las experiencias propias no sirven para las ajenas. Los españoles deberían haber mirado lo que ocurre en sus antiguas colonias del sur y también en su vecino del norte, y sacar algunas conclusiones. Pero no lo han hecho. Hubiese bastado ver el fracaso demográfico y social al que han conducido a Francia la aplicación de sus políticas laxistas preconizadas por globalistas sin ningún sentido de pertenencia, para abstenerse de reproducirlas en España.   

Sin duda el único partido que ha tenido la lucidez de plantarle en el ruedo electoral al pueblo español las banderillas de las amenazas que acechaban ha sido VOX. VOX ha luchado los últimos años contra el narco-comunismo en la Iberosfera, pero también contra la destrucción de la cultura española y de su tipo de vida y contra las teorías importadas americanas, como el wokismo o el cáncer LGBT. Ha sido una voz que grita en el desierto alertando del peligro mismo de la desaparición de España y de su fragmentación moral e, incluso, política con el resurgir del poder de los separatistas. 

El PP con sus continuos ataques a VOX, único partido que nombra las causas de los problemas espirituales, sociales, políticos y económicos españoles, ha dado una estocada fatal al pueblo español. Renunciando a dar la batalla por lo que importa, y perdiéndose en estrategias electoralistas de sofá, el PP ha repetido en España lo que otros partidos mal-llamados de derecha han hecho en otros países intentando seducir un votante del centro que al final vota a la izquierda porque siempre se termina prefiriendo el original a una copia deslucida. Se repite de nuevo la historia: por la cobardía de la derecha mainstream terminan volviendo al gobierno inescrupulosos bandidos que son responsables de la ruina de sus países. Y si no me creen, ahí tienen ustedes el ejemplo de la Argentina, o el más reciente de Brasil

El PP había repartido cargos políticos antes de las elecciones. Como Judas por algunas monedas de oro, ha traicionado a España. Esperemos que su traición no lleve consigo la muerte de España dejándole las manos libres al nuevo monstruo de Sánchez que tendrá una labor destructiva si logra articularse. 

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