La unidad de las cuatro dĆ©cadas, aplicada a la polĆtica, tiene tanto o mĆ”s sentido que la generacional. Recordemos los 40 aƱos que anduvo MoisĆ©s por el desierto del SinaĆ hasta llegar a la Tierra de Promisión.
ElĀ rĆ©gimen del turnismo, inaugurado con la Restauración de 1876, dura realmente 40 aƱos, hasta 1916. Por esas fechasĀ JosĆ© Ortega y GassetĀ dictaminaba el paso de āla vieja a la nueva polĆticaā. En efecto, siguieron dos dĆ©cadas de inestabilidad, huelgas revolucionarias, magnicidios, pistolerismo, dictadura y al final, el caos republicano y una aguda crisis económica.
En 1936Ā Franco se alza contra la RepĆŗblica.Ā Inaugura un rĆ©gimen vitalicio y autoritario que dura otros 40 aƱos. El franquismo recoge la tradición de la oligarquĆa y el caciquismo de la Restauración. No debe verse como una mera mĆmesis del fascismo.
Muerto Franco, en 1976 se plantea un régimen democrÔtico castizo, el de la Transición (a no se sabe qué). Todo parece indicar que va a durar hasta 2016, otros 40 años. Ya es contumacia.
Se observarĆ” otra casualidad:Ā la constancia del nĆŗmero 6. Cervantes emplea mucho ese nĆŗmero cabalĆstico. Recuerda el de los dos triĆ”ngulos cruzados, sĆmbolo del judaĆsmo.
Lo interesante de las tres cuarentenas dichas es que cada una de ellas conserva elementos fundamentales de la anterior. No suele decirse una verdad, que algunos componentes bÔsicos del franquismo tienen precedentes en la Restauración. Por ejemplo, la semilla del Estado de bienestar, con el Instituto de Reformas Sociales de Maura-Canalejas. No, no fue un invento de Felipe GonzÔlez. Igualmente se oculta que la Transición conserva algunos rasgos del franquismo. Ejemplos: los Sindicatos alimentados por el Estado, el autoritarismo bÔsico, el peso funcionarial, el Estado de bienestar ya desarrollado.
Todo hace suponer que la ānueva polĆticaā (otra vez como hace cien aƱos) del rĆ©gimen que ahora se inaugura va a retener bastantes elementos de la Transición. Sin ir mĆ”s lejos, el rechazo de los sĆmbolos nacionales, la ilusión del centrismo, el derroche del erario, el desbarajuste regional, el terrorismo.
SegĆŗn mis cĆ”lculos de la estadĆstica histórica, la ānueva polĆticaā durarĆ” hasta 2056. RecibirĆ” algĆŗn nombre que no sĆ© anticipar. Yo no verĆ© el desenlace, pero los jóvenes, sĆ.