Se enfada Cristina López Schlichting, colega mía de décadas que predica el discurso de los obispos españoles en la COPE, y afirma que somos terribles en VOX porque hoy Santiago Abascal en un soberbio discurso en Cornellá ha dicho que la caridad en España debe empezar siempre por los españoles. Y que frente a la invasión masiva de ilegales hay que defenderse con deportaciones masivas de ilegales.
Cristina López Schlichting considera esto pecado porque cree tener la obligación cristiana de acoger en España, en su patria, quizás hasta en su hogar, a los 1.300 millones de africanos de hoy y a los 2.500 millones que serán en el año 2050. Hay que avisar a Cristina: no caben en su casa. No caben en barrios más humildes que el suyo. Ni en los ricos, donde por supuesto no se les atisba. Y no caben en toda España.
A partir de ahí se pone Cristina a hacer trampas en su discurso como si fuera un obispo separatista. Y dice que todos los amigos suyos iberoamericanos, la chica rumana o la adoptada china corren peligro ante la retórica de VOX y Abascal.
Sabe muy bien Cristina que eso es mentira porque los discursos de Abascal siempre incluyen la defensa de la inmigración legal y muy en especial la de los países hermanos de la Iberosfera. Es decir, Cristina está asustando a su audiencia con inventos. Porque la deportación masiva ha de ser —y siempre ha quedado claro en los discursos de Abascal que ella conoce bien— la de aquellos que entran ilegalmente, viven ilegal y parasitariamente, rechazan la integración, quieren imponer su propia ideología o religión, y han hecho del delito su forma de vida. Y son muchos, Cristina. Masas.
La inmigración legal en España va a estar mucho más segura con Abascal gobernando que con Feijoo y Sánchez. Estos generan el abismal agravio de beneficiar la ilegalidad sobre la legalidad, a los delincuentes sobre los honrados. Y además obligan a la inmigración legal como a los españoles más humildes a vivir en barrios tomados por criminales y fanáticos enemigos de la sociedad occidental y su civilización.
No extraña nada que la COPE arremeta contra VOX ahora que las encuestas dejan claro que el PP está naufragando estrepitosamente en Cataluña en su renovado y maníaco intento de acosar y mermar fuerzas a VOX en vez de luchar contra los enemigos de España y la legalidad. Ya están ahí las encuestas que dan ventaja a VOX sobre un PP a la baja. Al que no salvarán los intentos de imitar a VOX en sus discursos de última hora haciendo viajar a Cataluña a Díaz Ayuso y a algunos otros plagiadores del discurso de Abascal.
La diferencia está en la convicción. Toda la fuerza nacional emergente de VOX, ya en todos los pueblos y ciudades por hostil que sea el medio, tiene convicción de que España puede ser rescatada y reconquistada para la libertad, seguridad, bienestar y forma de vida propia. El PP quiere seguir con el PSOE y los demás comparsas separatistas o no por el camino de la degradación y las concesiones a quienes llegan violando la ley en la frontera, imponiendo su presencia ni invitada ni deseada y después asaltando los recursos del Estado que provienen del esfuerzo y sinsabor de millones de contribuyentes españoles.
La cadena de los obispos lleva muchos años volcada en la moderna conveniencia y tachando de ordinariez casposa las convicciones. La radio que más ha defendido en España a Hillary y Biden, los dos lobistas de la industria abortista y de transformación de materiales humanos, Planned Parenthood, es también el mayor ‘lobby’ de la invasión descontrolada de musulmanes en España.
Su decadente voluntad de autodestrucción sería una coquetería romántica si no hiciera tan brutal daño a la sociedad española. Si no ayudara sistemáticamente a todos los que le niegan al pueblo español su derecho a la autodefensa.
Es tan barata la buena conciencia de los obispos y de Cristina López Schlichting que quieren saberse buenos en sentido abstracto aunque para ello abran las puertas a la catástrofe real y brutal, y el sufrimiento colectivo sus compatriotas.
Pero hay otra opción para quienes quieren un futuro sin miedo. Para quienes quieran más autenticidad, más verdad en tiempos de inmensa zozobra, decisiones dramáticas y peligros existenciales. VOX, con Santiago Abascal a la cabeza, va a defender la nación, sus fronteras y la legalidad por el bien del futuro de España, sin titubeos, con toda la firmeza y la profunda convicción de que hay que estar a la altura del momento histórico y sus amenazas.
