«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
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Escritora y artista hispano-francesa. Nacida en La Habana, Cuba, 1959. Caballero de las Artes y Letras en Francia, Medalla Vérmeil de la Ciudad de París. Fundadora de ZoePost.com y de Fundación Libertad de Prensa. Fundadora y Voz Delegada del MRLM. Ha recibido numerosos reconocimientos literarios y por su defensa de los Derechos Humanos.
Escritora y artista hispano-francesa. Nacida en La Habana, Cuba, 1959. Caballero de las Artes y Letras en Francia, Medalla Vérmeil de la Ciudad de París. Fundadora de ZoePost.com y de Fundación Libertad de Prensa. Fundadora y Voz Delegada del MRLM. Ha recibido numerosos reconocimientos literarios y por su defensa de los Derechos Humanos.

La estrategia del caos

20 de marzo de 2022

Si con la ‘plandemia’ del virus del PCCH pudimos comprobar que los políticos y sus partidos vivían desentendidos de la geopolítica y sus estrategias no existían o eran nulas, con la guerra entre Rusia y Ucrania hemos confirmado que el caos es mayor de lo que pensábamos.

Ahí tenemos a un Emmanuel Macron empecinado en dialogar con quien se niega en hacerlo, Vladimir Putin. Cuando conversan por teléfono se burla estruendosamente del francés. Ayer, el presidente francés volvió a telefonear al ruso, para gimotearle un rato, y no recibir más que ‘embarajes’ (fintas) por doquier. Desde el año 2018 Ángela Merkel, Emmanuel Macron y Volodymyr Zelinskyi andan en esa nota musical con Putin, quien una y otra vez cuando le tocan el tema de Crimea y Ucrania sólo piensa en anexarlas a Rusia, sin desear oír nada más. De independencias de esta o de aquella no quiere saber, porque como buen tirano totalitario no entiende de susurros que endulcen el anhelo. Putin, ya lo escribí inspirada por mi querida Miriam Gómez, es una mezcla de Iván el Terrible con Stalin, de ahí no lo podrán mover.

Macron, tan entretenido pegado al móvil con la peregrina intención de devorarse a Putin. Cuidado no ocurra al revés; lo más probable

Macron es otro que no sé si necesita de forma imperativa para existir y resistir el Nobel de la Paz, pareciera como si se lo exigiesen de requisito para las elecciones presidenciales, inmerso como está ahora mismo en ellas, o que Brigitte se lo puso de tarea: “Obtienes el NobeldelaPé o te suspendo…”. Pero no cesa en reinventar negociaciones con quien es renuente a negociar hasta con su espejo, desatendiendo así lo más importante para él: la reelección como presidente. Que, si bien frente a él lo que tenemos es el caos, y que además las encuestas lo sitúan a él en la cúspide, nunca se sabe. Y pudiera ser que sin fraudes y engaños, por fin gane Mammie Le Pen, aunque sea de abuela.

Marine Le Pen empezó en la política junto a su padre siendo una adolescente de 15 años, desde entonces no se ha detenido. De economía no sabe un comino, pero eso qué importa -dirá ella-, si la economía de Francia se conduce sola (hacia el abismo). El hecho es que unas elecciones presidenciales, en medio de una guerra en Europa, no convienen a nadie, más que a Macron, de ahí que continúe despepitado sin hacer el menor esfuerzo, tan entretenido pegado al móvil con la peregrina intención de devorarse a Putin. Cuidado no ocurra al revés; lo más probable.

Deshacerse de Putin para sembrar a cualquier Putin II (…) sólo se le puede ocurrir a otro energúmeno demócrata como Biden

El caos como estrategia ha funcionado rara vez en política. Funcionó en 1959 en Cuba a favor de los barbudos y ya ven lo que tenemos. Y. Claro. Con la ayuda de los norteamericanos; quienes desde 1929 no pararon de quitar presidentes. Por fin ubicaron en la isla al tirano de su conveniencia; y hasta el día de hoy. 

Observando bien de cerca esta guerra es bastante probable que eso sea lo que intente Estados Unidos en la actualidad, tomando como pretexto a Ucrania, dado que tanto les conviene judicialmente a Joe Biden y a su hijo Hunter (con relación a Burisma y los escándalos de corrupción), pero a escala rusa y europea. Deshacerse de Putin para sembrar a cualquier Putin II (…) sólo se le puede ocurrir a otro energúmeno demócrata como Biden. 

Si la potencia ha perdido el Norte, que nunca ha estado más “revuelto y brutal”, al decir de José Martí, el mayor pensador de América, qué puede esperar la tan denostada Europa. Aunque, no olvidemos que Europa, pese al caos, o mediante el caos mismo, puede de vez en cuando dar sus sorpresas.

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