«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
La Gaceta de la Iberosfera
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Nacido en Madrid, de madre inglesa, casado y padre de cuatro hijos, es un empresario, abogado y articulista que pasó más de una década inmerso en el mundo de la política madrileña. Sus pasiones son escribir, la empresa y la política.
Nacido en Madrid, de madre inglesa, casado y padre de cuatro hijos, es un empresario, abogado y articulista que pasó más de una década inmerso en el mundo de la política madrileña. Sus pasiones son escribir, la empresa y la política.

La nueva derecha después de Andalucía

27 de junio de 2022

La irrupción de VOX supone, para muchos de sus votantes, una reformulación de la derecha española. Una derecha con algunas señas de identidad demasiado claras y disruptivas para el consenso “progre” que nos asola.  

La defensa de la unidad de España, incluyendo su historia y cultura, el cuestionamiento de las comunidades autónomas, el control de la inmigración, la defensa de las rentas medias y bajas frente al globalismo egoísta y el apoyo al individuo ante la sumisión generalizada a lo público (en acertadísima expresión de nuestro editorialista) cuya expresión más extrema es la prepotencia de nuestros gobernantes, el sadismo fiscal que sufrimos y una deuda desbocada que amenaza no sólo nuestro futuro, sino también nuestro presente. También son importantes la defensa de la igualdad de los españoles frente a las leyes de género y las diferencias causadas por los desmanes de nuestros gobiernos regionales autonómicos, en especial con respecto al mundo rural.

Vox está obligado a mantener su voz (de ahí el nombre del partido) e influir en un cambio paulatino de la cultura política

La nueva derecha tiene un aliciente aún más atractivo, que es el de acabar con la idea de las “dos Españas” y lograr la transversalidad del voto. Hay antecedentes de esta transversalidad en los éxitos electorales de Esperanza Aguirre, de los que hoy son herederos Isabel Díaz Ayuso y Juan Manuel Moreno Bonilla. Para un votante de izquierdas era completamente imposible, un tabú, votar a la derecha. Y esto se rompió hace tiempo y no sólo por los errores del contrario, de Pedro Sánchez, como es el caso de Andalucía y Madrid, sino también por mensajes contundentes como fue el caso de la mencionada Esperanza Aguirre hace algunos años.   

Para que se produzca un éxito político de Vox (más allá del 15 por ciento del apoyo actual, que tiene muy consolidado) hacen falta pedagogía y paciencia. Estamos hablando de un cambio histórico y colosal como el que se vivió en los EEUU con Reagan, en el Reino Unido con Thatcher o con De Gaulle, mucho antes, en Francia. Estos tres gigantes refundaron las derechas de sus países modernizándolas y llevando a sus naciones a grandes logros aunque en el caso de Francia, que es un país muy peculiar para un liberal, alimentando un estatismo que aún perdura como rasgo esencial de su cultura política.

Mucha paciencia y mucha pedagogía, unidas al indudable talento existente y un poco de suerte, pueden ser la clave

Estos tres líderes llegaron al poder en un momento de crisis aguda. La inestabilidad política y el problema de Argelia e Indochina habían llevado a la cuarta república francesa al colapso y a un ambiente casi de guerra civil. Reagan asume la presidencia de los EEUU tras el desastre de la presidencia de Jimmy Carter, con un país sumido en una crisis económica terrible y humillado en su política exterior por Irán y Rusia. El Reino Unido antes de Thatcher se había convertido en el enfermo de Europa e incluso había tenido que pedir asistencia financiera al FMI cuando tuvo que recortar la semana laboral a tres días.  

La pregunta que hay que hacerse es si sería posible refundar la derecha sin la necesidad de una crisis aguda. No hay respuesta porque estamos en tiempos nuevos, pero es la obligación de VOX mantener su voz (de ahí el nombre del partido) e influir en un cambio paulatino de la cultura política para romper un consenso “progre” que no da más de sí. Mucha paciencia y mucha pedagogía, unidas al indudable talento existente y un poco de suerte, pueden ser la clave de la refundación de una derecha más necesaria que nunca.

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