«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Actor. Cine, teatro y televisión. Fue diputado en el Congreso de los Diputados y jefe de grupo en las Cortes Valencianas. Actualmente trabaja en 7NN. Dirige y presenta 'ConToni' los sábados por la noche.
Actor. Cine, teatro y televisión. Fue diputado en el Congreso de los Diputados y jefe de grupo en las Cortes Valencianas. Actualmente trabaja en 7NN. Dirige y presenta 'ConToni' los sábados por la noche.

Las tetas de Francina

20 de agosto de 2023

Hay quien dudaba que el PSOE fuera capaz de vender a su matria con tal de mantenerse en el poder. Después de todo lo que ha ocurrido estos años aún decían «no se atreverá a tanto». Esta semana hemos vuelto a comprobar que Sánchez no tiene escrúpulos, que es un chollo para los enemigos de España, que hay un coro mediático que justificará cada una de sus barbaridades, —ya están preparando la amnistía— y que su fondo de armario es tan malo como él: Francina.

La mujer que traicionó a las menores tuteladas que sufrieron abusos, la presidenta que se saltó las restricciones pandémicas para salir de copas, que cerró el paso con barreras lingüísticas a tantísimos profesionales sin importarle que sus conciudadanos pagaran las consecuencias, la socialista sobre la que recaen —¡sorpresa!— sospechas de corrupción, la Charo de manual, es la tercera autoridad de España. Es genial.

Hubo un tiempo en que desde el Congreso de los Diputados mirábamos al Parlamento catalán estupefactos: una institución bananera donde una serie de tronados corruptos montaba un show tras otro y en la que se atropellaba los derechos de la mitad de los catalanes. Por supuesto, el resto de España también era responsable de aquel dislate que sólo pudo ocurrir cuando el estado —o mejor, el bipartidismo— se retiró de Cataluña. Suspirábamos por que llegara un día en que aquella anomalía se subsanara, que «españolizáramos» al Parlament. Ha ocurrido lo contrario. La manzana podrida estropeó al resto: el Congreso de los Diputados se ha catalanizado.

Ya vimos tímidas señales cuando IU montó sus mini shows de camisetas a lo Oltra, o aquella permisividad con la que se recibieron los juramentos del cargo bajo las más absurdas fórmulas; pero con la deriva del PSOE, la irrupción de Podemos y el crecimiento de ERC, Bildu, Junts y la CUP, la cosa se fue de madre.

Con ella, esta semana avanzamos hacia el abismo. Una presidenta con semejante currículum dará tardes de gloria. Socialista indistinguible del peor nacionalismo, bien pudiera presentarse bajo la marca de ERC. Prepárense para el show de las lenguas cooficiales. Francina decía en su discurso inicial que se comprometía con la diversidad, el castellano, el catalán, el casco y el gallego. ¿Con el castellano? Menuda novedad. Ha estado arrinconándolo durante todo su mandato en Baleares. No se fíen nunca de quienes defiendan la diversidad lingüística en el congreso: son siempre los mismos que imponen el  monolingüismo allá donde gobiernan. Demostró muy poca vergüenza al reivindicar a Félix Pons, un mallorquín que tuvo la decencia de impedir el show del juramento «por imperativo legal» a los batasunos de entonces. Igualito que el psoe de ahora, sí.

A pesar de que en ese mismo discurso declaró que lucharía contra la violencia machista, estoy seguro de que silenciará a la oposición de la misma forma que impidió que se investigaran los abusos a las menores tuteladas bajo su administración. Durante su estreno, a pesar de equivocarse multitud de veces, —entiéndanlo, hablaba en español y no está acostumbrada—, Francina estaba contenta, se le notaba satisfecha. Se habrá enterado del sueldo (quince mil del ala al mes), del precio de los cubatas en el Congreso… y habrá hecho cuentas.  No se dejó nada en el tintero: emergencia climática, victimismo nacionalista y aludió al problema que hay en Europa con «los que quieren acabar con la democracia desde dentro». Lo dijo ella, sí, que preside gracias a un prófugo golpista. ¡Hasta rindió homenaje a la selección femenina de fútbol! Sólo le faltó enseñarnos las tetas.

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