«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Director de la Fundación Disenso.
Director de la Fundación Disenso.

No es Sánchez, es el PSOE

18 de noviembre de 2022

A estas alturas de la historia democrática española, es tan incontestable que el Partido Socialista no conoce límites como que no los ha conocido jamás. El rigor histórico, que es el recuerdo exacto de todo lo ocurrido, nos enseña que el socialismo español comenzó su labor de desconstrucción de España y de asalto a las instituciones hace ya mucho tiempo.

Sin la memora histórica no habría hoy memoria democrática

Con sus leyes ideológicas y sectarias y con su persecución indisimulada del disidente y de la libertad de pensamiento, Pedro Sánchez sólo trata de culminar una tarea que, sin la determinación de sus predecesores y hoy consejeros privados, Rodríguez Zapatero y Felipe González, él no podría llevar a cabo.

Sin la memora histórica no habría hoy memoria democrática. Sin el plan felipista de sumisión de la Justicia al poder político, Sánchez no podría haber asaltado, por ejemplo, instituciones imprescindibles de contrapeso como el Tribunal de Cuentas. Sin las primeras cesiones que engordaron al separatismo catalán, el Gobierno no se habría atrevido a indultar a los sediciosos ni a derogar los artículos del Código Penal que previenen y castigan la traición a España.

Sin que —y esto es esencial— el uso que los socialistas de tiempos republicanos y felipistas hicieron de la violencia como arma política destruyendo los límites morales del Estado de Derecho, Sánchez no se hubiera atrevido a atentar contra las libertades de los españoles con la desfachatez de dos estados de excepción encubiertos y autocráticos que conculcaron nuestros derechos y limitaron nuestras libertades usando desvergonzadamente toda la fuerza coercitiva del Estado.

Lo que hemos vivido los españoles, con especial énfasis en los últimos cuatro años de Gobierno de Pedro Sánchez y tres de legislatura socialcomunista, es la constatación de la naturaleza del socialismo español. Bienvenidos los que, por muy tarde que sea, hayan abierto los ojos a una realidad irrebatible.

Resulta inquietante recordar cómo las comunidades autónomas gobernadas por los populares fueron consolidando toda la legislación socialista

Por eso sólo podemos lamentar que haya quien, como el Partido Popular, pretenda separar en compartimentos estancos la acción de los distintos Gobiernos socialistas con el propósito de protegerse de la culpa de haber consentido este proceso ininterrumpido de destrucción del orden político y la paz social. En este sentido, resulta inquietante recordar cómo las comunidades autónomas gobernadas por los populares fueron consolidando toda la legislación socialista con leyes propias que hoy se niegan a retirar con el único propósito de no reconocer su culpa.

En el lado contrario, en un ejercicio de pensamiento honrado y de clarividencia política, Vox ha mantenido desde sus comienzos una distancia infinita con este Gobierno de la ruina y ha peleado desde las instituciones y los tribunales en defensa activa de la libertad real de los españoles. A cambio, los partidos que deberían haber sido parte de la oposición y no parte del problema, han tratado de ridiculizar a la formación a la que dejaron sola en la moción de censura de 2020 contra Sánchez. Una moción que no sólo censuraba al Gobierno de la muerte en la pandemia y hoy de la violadores, sino a todo el programa histórico del socialismo español que persigue el objetivo de construir una España rota, enfrentada socialmente y pobre.

Contra los que creen que es la presencia del comunismo en el Gobierno de Sánchez lo que lo extrema hacia la izquierda, bien cabe recordar las intervenciones de Pablo Iglesias Posse en el Congreso de los Diputados en las que no dudaba en advertir acerca de la disposición del PSOE de salirse de la legalidad hasta llegar, incluso, al atentado personal de ser necesario.

No es Sánchez, es el PSOE. Es un único plan y debe ser combatido desde el comienzo con urgencia

Este es el programa histórico del socialismo: hacer lo necesario con tal de prevalecer. Matar a la nación española, su identidad y su soberanía desde el propio partido hecho Estado a través de su cooptación. Por eso, es hora, de una vez por todas, de entender que no hay dos, ni tres, ni cuatro proyectos socialistas separados en el tiempo. No es Sánchez, es el PSOE. Es un único plan y debe ser combatido desde el comienzo con urgencia, con toda la fuerza del Estado de Derecho antes de que este sea desmantelado por completo.

O salimos a la calle a defender todo lo que amamos, o acabaremos presos de la nostalgia. Y de ahí a la melancolía solo hay un paso.

.
Fondo newsletter