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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Nuevos riesgos emergentes

25 de octubre de 2016

Desde finales de los años 70 del pasado siglo, las economías que empezaban a salir del umbral del subdesarrollo posterior a la descolonización se han llamado emergentes. Dentro de ellos había y hay grandes diferencias. Algunos han sido historias de gran éxito, Corea del Sur y China, otros han caído en la maldición emergente: nunca salir de esa situación y poco a poco ir para atrás, Nigeria y Argentina por ejemplo.

¡Vamos! Dirán ustedes, el Reino Unido, UK, es la quinta o sexta economía mundial por tamaño, más o menos empatada con Francia, tiene un renta per capita de unos 42.000 dolares, es uno de los centros financieros del mundo. Además tiene el doble de universidades de nivel mundial y más premios Nobel que cualquier otro país europeo, es una de las potencias nucleares y un prestigio político, social e intelectual de primer orden. Su moneda ha caído un 20% en tres meses, su sistema constitucional y territorial amenaza crisis, su déficit por cuenta corriente, del 6%, es el más alto de sus competidores y está a punto de romper relaciones políticas y comerciales con su principal socio, el resto de Europa.

Su Gobierno está anunciando que el eje de su política será la contención de la inmigración, que escuelas y empresas serán preguntadas por los extranjeros que tengan. Sorprende que un país que deja la UE para comerciar más libremente con todo el mundo crea que eso es compatible con cerrar sus fronteras a los nacidos en otro país, partiendo de la base que la exportación no es lo fuerte de la economía británica. Japoneses y Alemanes, por poner ejemplos, le han advertido públicamente que la salida del mercado interior afectara a sus empresas de coches radicadas en UK. La cola de países dispuestos a recibir esas inversiones es desde luego muy extensa. Guste o no UK empieza a tener un riesgo político y económico que indudablemente supera sus fronteras.

En circunstancias económicas y constitucionales muy distintas y mejores, los EEUU se acercan a unas elecciones Presidenciales en las que el candidato Trump replantea también las relaciones con los extranjeros: personas, economías y estados. Muchos piensan que, pasados los debates, la suerte esta echada y que sera Hillary Clinton la próxima y primera mujer Presidenta del país. Lo sabremos el martes 8 de noviembre. Pero la derrota de Trump sera personal, no tanto la de sus ideas nativistas, proteccionistas y anti inmigración . La polarización de la sociedad norteamericana ha tomado proporciones de países mucho menos desarrollados.

A la espera

Sociedades libres y educadas como las anglosajonas sin duda podrán encauzar estos nuevos tiempos. Ya han pasado por traumas muy difíciles, la pérdida de un Imperio o la derrota en guerras, que en otros sitios han producido caos y ellos supieron remontarlas. Todos lo esperamos, puede que hasta sus adversarios.

Pero el riesgo político, y en el caso de UK el económico, que generan no va a ser desconocido por los mercados e inevitablemente por sus vecinos y aliados, que pueden empezar a pensar que “fue bueno mientras duró”. Muchos podemos asombrarnos de lo que pasa en esos países, que tanto admiramos y que son aún un ejemplo en tantas cosas, pero precisamente por ello inciden en la influencia de lo que venimos a llamar Occidente.

La UE y Japón, junto con otros forman parte de esa comunidad mundial. Japón aún no ha sido capaz de superar con sus vecinos las consecuencias morales de la II Guerra Mundial. Alemania sin duda lo ha hecho y ha contribuido tanto como el que más a la construcción europea, de la que ahora UK parece decidir alejarse muy en contra del parecer de EE.UU salvo Trump.

En la UE la inmigración tampoco es fácil en muchos países, aunque más de ciudadanos no europeos. La UE es la zona con más peculiaridades regionales del mundo por número de habitantes, pero claramente tiene un problema de integración de extranjeros y eso no es fácil con leyes domésticas pensadas para proteger a minorías culturales regionales. Australia y Canadá, en otras dimensiones, parecen ofrecer modelos positivos de integración pero en sociedades monoculturales.

Problemas de ricos

La migración ha venido con la globalización y la constatación visual por las nuevas tecnologías de las inmensas diferencias de renta entre regiones del mundo. También el papel de la mujer en la sociedad, su incorporación al mercado laboral y las tasas de natalidad juegan un papel en la oferta y demanda de mano de obra. La sociedad japonesa una de las más envejecidas, sino la más, después de dos décadas de inmovilismo empieza a replantearse su hermético mercado laboral. En la UE los tribunales parece que van a limitar las dualidades laborales, que si todo lo demás sigue igual, pueden llevarnos a fuertes distorsiones económicas.

Problemas de ricos puede que piensen en Egipto, Mozambique, Bangladesh, Honduras. Pero con el estancamiento del comercio mundial los últimos años y la disminución de la inmigración abunda la sensación de que las fuerzas que nos han traído hasta aquí en las ultimas cuatro o cinco décadas pueden cambiar las reglas empezando por las sociedades mas prósperas. Reglas nuevas, juego nuevo.

Cosas buenas pasan también es los países occidentales. Parece que los riesgos de deflación se alejan y vienen vientos de gasto público para combatir al populismo con sus propias armas. Cambios en dónde se gasta y cómo se gasta han sido hace tiempo urgentes y son ahora inevitables. Más novedades que necesitarán nuevos relatos políticos para que sean comprendidas.

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