A Pachi Nadie, devenido en Pachi El Sobreactuado en los últimos tiempos, se le cumplió el pasado 12 de octubre una de sus peores pesadillas. Por razones de protocolo, que no es ni caprichoso ni malévolo, si acaso lo será la realidad que ha colocado al PSOE en modo sandwich entre el PP y VOX al ser el segundo partido más votado, le tocó presenciar el desfile del Día de la Hispanidad sentado entre Santiago Abascal y Cuca Gamarra.
Pachi Nadie, devenido en el Sobreactuado y que convive con Pachi el Indignado, apenas pudo disimular la incomodidad democrática que le provocó semejante situación. Porque a esta gente todo lo que le pasa es democrático. Todavía recuerdo los orgasmos democráticos de Pedro Zerolo. Quiero decir que recuerdo la expresión por la sorpresa que me causó. También es verdad que yo era impertinentemente joven e inocente y ese tipo de cosas me sonrojaban. Ahora ya nada me pone roja.
Sí, fue la realidad la que le puso ahí, al ladito del líder de VOX, no un capricho del jefe de protocolo, y como lo más probable es que le pase como a Rajoy, que consideraba el desfile un coñazo, espero que tuviera tiempo para reflexionar que, una vez más, han quedado subcampeones y que sólo son capaces de ganar haciendo trampas.
En fin, con lo bien que lo hubiera pasado Pachi Plurinacional —Nadie, Sobreactuado e Indignado— sentado con Merche Aizpurua de chascarrillos tan ricamente y van y le ponen con el de Amurrio, con el que no tiene nada en común. Bueno sí, unos cuantos compañeros muertos por la ETA. Pero López padece ahí de una falla de memoria o de una debilidad de carácter frente al zumo de Primosol que no tiene, por ejemplo, con los periodistas del Congreso, a los que les contesta —en tono chulesco y sobreactuado—: «¡…y a ti qué más te da!» «¡A ti no te voy a contestar, ni hoy ni nunca!»
La madre del asesinado –que no fallecido– Joseba Pagaza, qué calado lo tenía, qué lucidez y qué desgraciado acierto el de aquel día: «Pachi, harás cosas que nos helarán la sangre…»
Créanme los más jóvenes, que los que vivimos el espíritu de Ermua que llegó hasta el último rincón de España, jamás hubiéramos imaginado, jamás, que pudiera suceder algo parecido a lo que ahora nos acontece como nación: ver al presidente del Gobierno de España recibiendo amabilísimamente a una condenada por enaltecimiento del terrorismo para pactar nada, ni siquiera el contenido de la máquina de café del Congreso.
Ayer, Sánchez, con una sonrisa rotunda en la cara, nos mandó un mensaje a los españoles normales que decía: estos son mis socios preferentes.
Por primera vez no sacaron a Pachi a comentar la jugada del jefe. Y Pachi volvió a ser lo que es y lo que será siempre: Pachi Nadie.
Mientras tanto, Óscar Matute, uno de los esbirros de Merche, ponía la literatura: «…ponemos en valor la exclusión de la ultraderecha de toda interlocución».
Supongo que la ultraderecha es VOX porque es al único partido al que el presidente en funciones no ha recibido. Siendo así, y atribuyéndose el mérito los filoterroristas, qué quieren que les diga, ¡de mejores sitios me han echado!