«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

¿Quién perderá las elecciones en Estados Unidos?

7 de noviembre de 2016

No pensemos que España es el peor país del mundo occidental, ya vale de lloreras y de complejos. Parece que en España solo tenemos sol, playa, buena comida, fiesta y la mejor sanidad del mundo. Cuando hablamos de política pensamos que todos son unos corruptos, que no hay remedio y que cualquier democracia fue mejor.

Pero no es así, lo tenemos delante de las narices y no lo vemos, lo ponen en el telediario y lo repiten en las tertulias, ocupan portadas de prensa digitales y lo comentan los amigos en las cenas. Tenemos las elecciones de los Estados Unidos a la vuelta de la esquina y no nos damos cuenta de que están ofreciendo el peor espectáculo de la historia. Las presidenciales de 2016 están siendo, por mucho, las peores elecciones de los últimos 45 años, por sucias, por cutres, por manipuladoras y por falsas.

Lo de España no es un ejemplo, para nada, no pretendo salvar el “mal menor” pero reconozcamos que peor que un Gobierno en funciones son dos candidatos que se orinan constantemente en la Constitución de su país. Trump y Clinton son como Gil y Caneda pero metidos en Gran Hermano y con la nevera llena de cerveza y vodka, un paraíso para la violencia verbal, la manipulación y la mala educación.

Trump llega al duodécimo asalto con posibilidades de victoria a los puntos, tras el último gancho (en forma de FBI) que conectó directo a la mandíbula de la candidata. Hilary busca un knock out (KO) con ayuda de su coach Obama, que desde el rincón le grita en busca de esas fuerzas que parece que le han faltado desde la mitad del combate. Lo curioso es que a los dos les ha venido en un mal momento esta velada, como a Óscar de la Hoya y Manny Pacquiao en 2008. A uno le ha pillado con poca vergüenza y mucho pasado, a otra le ha pillado con mucha vergüenza y poco futuro. Dos dinosaurios veteranos liándose a dentelladas y destrozando el bosque sin ningún tipo de cuidado. Lo del elefante en la cacharrería es una coña marinera comparado con lo que esto supone en el panorama democrático del siglo XXI. Los aspirantes a liderar la mayor potencia occidental y una de las más eficientes democracias del mundo, pisoteando las ideas de los padres fundadores y cuestionando los futuros resultados electorales, ¿cómo se puede cuestionar la limpieza del proceso?.

Las mujeres no votarán a Trump después de escuchar la grabación con sus comentarios machistas, lo hispanos no votarán a Trump después de saber que construirá un muro como Israel y además empezará con deportaciones masivas. Los empresarios no votarán a Clinton porque les subirá los impuestos y las familias cristianas tampoco por su apoyo a las clínicas abortistas. Pero al final todo eso da igual, porque están metiendo tanto la pata, están demostrando tanta bajeza y tanta desconfianza, que el resultado final lo determinará el termómetro del populismo.

El populismo ha llegado a EE.UU como ha llegado a España, Francia o cualquier otro lugar del planeta, nadie está a salvo de los populistas sin relato. Lo sorprendente de la cosa es que lo vemos en una potencia devastadora en lo económico y en lo militar, donde una persona incapaz de respetar la democracia incluso incapaz de disimularlo…podrá ser Presidente. 

Visto el panorama la gente ya no se pregunta quién ganará, si no quién perderá estas elecciones que una y otro se empeñan en perder cada semana.

Fondo newsletter