«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

#Politica4punto0

4 de abril de 2014

Cada vez estoy más convencido de que la política tiene que volver a sus orígenes, y estos no son otros que la política municipal.

¿Cuál es el político que tiene que rendir cuentas de sus actuaciones día a día ante sus votantes? Los alcaldes y concejales de los municipios (especialmente los más pequeños).

En estos tiempos, la política no está de moda, todo el mundo habla mal de los políticos y de la política en general. Es injusto sí, porque el 95% de los políticos de este país, no cobran sueldo, no salen en la TV, no se dedican a ello “profesionalmente”.

La mayoría de ellos, tienen su trabajo, y pierden tiempo de su “descanso” y “ocio” por dedicarlo en su pueblo. La política es la manera de hacer cosas, es la forma de servir al bien común.

Hacer política es cuando un alcalde crea empleo en su ayuntamiento, cuando construye una guardería, o amplia un ambulatorio, o simplemente arregla una avería en el alcantarillado… cuadrando las cuentas como si fuera una padre de familia o una ama de casa, esa es la verdadera política, el hacer cosas por el bien común sin pedir nada a cambio. Recordemos que las grandes deudas municipales están en los grandes ayuntamientos y no en los pequeños.

No es sólo que ese 95% de cargos públicos no cobren sueldo, es que pierden dinero en su labor. Ya que los kilómetros y facturas telefónicas se las paga cada uno, sin contar el incalculable valor del tiempo invertido en su labor vecinal.

Esos cargos públicos, se “camuflan” diariamente entre el resto de población, y pasan muy desapercibidos, ¿Por qué? Porque son gente normal, gente como el resto. Conviven día a día con sus votantes, los cuales le pedirán cuenta de todo lo que hace y deja de hacer.

Cuando llegan las elecciones, el voto se gana casa a casa, puerta a puerta, convenciendo a cada vecino, de que su gestión va a ser la mejor. No puede prometer sin cumplir, ya que sus vecinos se lo echaran en cara.

 

La cercanía, es la clave, ya que los vecinos pueden preguntar o simplemente informar a sus representantes de todo aquello que les preocupa. Un alcalde lo es las 24 horas del día, ya que o en la panadería, o en el bar o dando un paseo, cualquier vecino se le puede acercar para consultarle. 

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