«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Biografía

A Rajoy le da igual. A todos les da igual

5 de abril de 2014
Sigo contemplando atónito el espectáculo de cómo se puede hacer una campaña electoral – o precampaña, que para el caso es lo mismo- sin candidato. Tal vez la clave la haya dado Elena Valenciano, hasta donde esta mujer puede dar alguna clave, al decir que a ellos, a los socialistas, les da igual. Les da igual que el PP se ufane de poner nervioso al PSOE por no tener aún un cabeza de cartel para la lista europea porque su enemigo, el de los socialistas, ‘es la derecha europea, no Rajoy, ni Cospedal, ni Cañete, ni Bonilla en Andalucía’. Palmaria confirmación de que nos encontramos ante poderosísimos aparatos de poder que no necesitan estadistas, ni hombres o mujeres capaces de guiar a un pueblo a través de un ideario articulado en un programa. Esa y no otra podría ser la explicación de que alguien tan inane como ella, que comenzó de telefonista en una sede, haya podido llegar a encabezar la lista del segundo partido, por el momento, más poderoso de España. 
 
Hubo un tiempo, cuando la figura pública de José María Aznar, tras los fastos escurialenses y una guerra en la que nunca participamos, estaba ya en franco (con perdón) declive, en el que yo repetía que sí, que daba igual un líder u otro. Que en una situación en la que en España todo el que quería trabajar podía hacerlo, en la que la economía aún era boyante, en la que las calles estaban -todavía- tranquilas, y en la que había paz social gracias a los acuerdos firmados  unos años antes por Javier Arenas con empresarios y sindicatos, el PP podría colocar a Rajoy o a una escoba con bigote porque los españoles les votarían igualmente. Después llegó la masacre de Atocha, los 192 muertos que empujaron en volandas a Zapatero a la Moncloa y la nave comenzó a zozobrar.
 
Hoy, lamentablemente, ya no da igual. Con cinco millones de parados, con unas calles literalmente incenciadas por una extrema izquierda, filoterrorista en algunos casos, que pretenden recuperar a sangre y fuego un poder que las urnas aún le niegan, y con una sensación de desilusión colectiva y de fin de ciclo no resuelta, no puede dar igual. Con un ‘conducator’ al que, como buen conservador de provincias que sigue siendo, únicamente le preocupa dejar el negociado limpio y ordenado para el siguiente y un Gobierno al que sólo se le ocurre aumentar el número de funcionarios y denostar a Cáritas -debería darles vergüenza- por denunciar lo que para todos, salvo para los bien acomodados gestores públicos, es evidente; que en España ya hay pobreza, sobre todo infantil.
 
Pero a Rajoy todo le da igual. Incluso que su partido no tenga aún candidato, a dos meses de una convocatoria electoral. Se ufana de ello. Qué más le da. Procrastinará. Volverá a decidirlo media hora antes y llamará a Cospedal desde algún aeropuerto europeo. Como hizo en Andalucía. Como hace siempre.
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