«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El ‘sudoku’ del sueño olímpico

2 de octubre de 2013

Aún nos estamos lamiendo las llagas de la amarga derrota olímpica. Pero la verdad es que a Buenos Aires ya acudimos derrotados. Perdimos el espíritu de la Transición. En la España de hace tres décadas los españoles éramos gente seria, ilusionada, tolerante, trabajadora, con la Corona como paradigma de prestigio de nuestro país, con una crisis económica y reconversión industrial superadas. Como efecto de estas causas positivas se nos abrieron las puertas de la OTAN (1982), de la UE (1996), y un influyente Juan Antonio Samaranch, presidente del COI en aquellos años, decidió conducirnos con gran ilusión y esperanza hacia la organización de los inolvidables y exitosos Juegos Olímpicos de Barcelona 1992. En definitiva, un país cohesionado e ilusionado consiguió que fuera todo un círculo virtuoso.

 

Actualmente, la España contemporánea no está pasando por su mejor momento, debido a los problemas de dopaje, corrupción política terrible transversal a toda la clase política, y llegando incluso a salpicar a la Jefatura del Estado, con una crisis económica profunda, cuyo efecto social más grave es un desempleo de seis millones de personas. En definitiva, todo un cuestionamiento de la concepción misma del Estado y de la sociedad.

 

En estas circunstancias, inmersos en un grave círculo vicioso, pretendimos hacer del proyecto olímpico de Madrid 2020 la huida hacia adelante, el acicate motivador que consiguiera la reversión de la situación de crisis y la cohesión y estructuración de la nación. Quisimos obtener los efectos sin que las causas de los mismos contribuyeran a su consecución.

 

Desde fuera y desde dentro las vergüenzas de nuestro país son demasiado evidentes, y nuestra debilidad envalentona a los enemigos de España, volviéndose todo simultáneamente en nuestra contra. Así:

 

Gibraltar nos reta queriendo evitar que nuestros pescadores faenen en aguas españolas e internacionales, mientras vive de la elusión fiscal convertida en un paraíso del contrabando de tabaco, el juego online y otros negocios de dudosa honestidad.

 

El Comité Olímpico Internacional (COI) falló a favor de Tokio para organizar los Juegos Olímpicos de 2020, dejándonos caer en la primera ronda eliminatoria.

 

Los nacionalistas catalanes y vascos están echando un pulso al Estado, deslizándose peligrosamente por una pendiente secesionista sin retorno que nos puede abocar a consecuencias políticas, sociales y económicas de tremenda gravedad.

 

Existe un descontento de la ciudadanía con la clase política, que se refleja en una enorme abstención de más del 40% según las últimas encuestas de intención de voto publicadas, con el surgimiento de movimientos antisistema de extrema izquierda y de extrema derecha que podrían poner en peligro a medio plazo incluso el actual sistema democrático, que tanto nos costó conseguir.

 

Pero este sudoku nacional se soluciona de tres formas: con trabajo, trabajo y más trabajo. Y por supuesto también con ilusión y esperanza en el futuro, con solidaridad entre todos los que vivimos en España y con sacrificios y renuncias por parte de todos. De este modo:

 

En el caso de Gibraltar, debemos realizar un bloqueo económico persiguiendo los negocios basados en el paraíso fiscal, como el contrabando de tabaco, el juego online, la domiciliación de sociedades fantasma para eludir impuesto de sociedades. Hemos de llevar a cabo una ofensiva diplomática en la ONU para que las resoluciones de este organismo a favor de España y de la descolonización del Peñón (1966) se ejecuten. Y buscar alternativas a los actuales 7.000 empleos del Campo de Gibraltar que dependen de la colonia británica para que no suceda así en el futuro. Además, hemos de conseguir una alianza estratégica con el Reino Unido a nivel internacional para que el apoyo de España les interese más que el de los cuatro monos de Gibraltar y a cambio avanzar a largo plazo hacia la descolonización final (entre 30 y 50 años).

 

Con respecto a los nacionalistas secesionistas catalanes y vascos se debería cumplir la ley, no permitiendo referendos ilegales, ni la no aplicación de sentencias firmes dictadas por los tribunales. Si no se frena en la deriva independentista, intervenir la autonomía económicamente (ejecutando el artículo 155 de la Constitución y la nueva Ley de Equilibrio Presupuestario) y hacer actuar penalmente a la Fiscalía contra los sediciosos traidores. Por otra parte, se debe negociar un marco definitivo competencial y financiero a múltiples bandas para el Estado autonómico, planteando una reforma constitucional, pero en dicha negociación sólo intervendrán las fuerzas políticas y sociales leales a España.

 

También se debe regenerar la política con acciones implacables contra la corrupción, financiación de los partidos más transparente, limitar el mandato representativo de los políticos para que den cuentas a los ciudadanos, lo que se puede conseguir con un sistemas de listas abiertas y/o distritos electorales uninominales.

 

En conclusión, si unidos trabajamos en la dirección propuesta llegaremos a recuperar el prestigio exterior, mejoraremos la situación económica de nuestro país y, como consecuencia (no como causa), podremos merecer de nuevo la organización de los Juegos Olímpicos.

 

No hay que disimular los problemas encargando una fiesta, sino solucionar los problemas y luego celebrarlo con unos Juegos Olímpicos. Así que mucho ánimo y a trabajar.

 

*Félix María Aguado es presidente de Augeo Consulting Group.

 

 

 

.
Fondo newsletter