«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Madrileña, licenciada en Derecho por la UCM. En la batalla cultural. Española por la gracia de Dios.
Madrileña, licenciada en Derecho por la UCM. En la batalla cultural. Española por la gracia de Dios.

«Vale, cariño»

12 de octubre de 2024

Si hay algo que me molesta es que en los comercios, la peluquería o cualquier otro lugar donde no me conocen de nada, me llamen «cariño», «cielo» o cosas parecidas. No es cuestión de estilo, que también, es que me levanto de mi silla y veo cómo se dirigen de la misma forma a la siguiente. Y yo soy muy sensible para esas cosas.

Con el tema de Koldo y Armengol me pasa que no sé cómo tomar ese «vale, cariño» que el aizcolari le dedica a la mallorquina. Todo el mundo está coligiendo por esa expresión que había una relación —presuntamente delictiva— muy estrecha entre ellos y yo, con su permiso, lo dudo. No sé si habrá delito o no en sus negocios, ya lo dirán los tribunales. Soy una firme defensora de la presunción de inocencia incluso para los miembros del PSOE, que representa el máximo en el ranking de apuestas por la presunción de inocencia que ha hecho reventar ya un par de presuntómetros. Lo que no tengo muy claro es que la aparente cercanía que implica para muchos de nosotros la palabra «cariño» signifique también afecto sincero entre esta gente. También Ábalos habla de una relación amorosa con su «Jesica 20 minutos» —luego la gente se quejará de aburrimiento— mientras la susodicha se queja de que le paga poco. Más que nunca, ¿por qué le llaman amor…?

Entre el «horterío» —si la izquierda nos invade cada día con sus horribles neologismos, no comprendo por qué no lo voy a hacer yo— es muy habitual tratarse así. Supongo que el socialista nostálgico estará disgustado echando de menos un «vale, compañera, te mantengo informada». Los tiempos cambian y los sociatas ya no se llaman así entre ellos, pero que no se preocupen aquellos, que el espíritu delincuente propio del partido en sus 135 años de historia permanece intacto.

Mi principal duda es si esa frase ha salido realmente del otrora portero de lupanar, Koldo, conocido en la trama por el Grandullón y que llegó a ser asesor de un ministro y consejero de RENFE Mercancías, carrera tan meteórica como extraña. Veo raro que se dirigiera a Armengol ni a ninguna otra persona con el apelativo «cariño». Me sería más creíble un «cari», un «churri» o, como me han sugerido en la red social X, un «nena». «Vale, nena». Eso sí. Es más, tampoco veo a Armengol recibiendo un «cariño» de forma natural. Ella también es mucho más de «nena, ¿la penúltima?» en plena noche de confinamiento. Igual que sólo puedo imaginar a Ábalos, «El Goblin», despidiendo a Delcy Rodríguez a las cuatro de la mañana en Barajas con una palmada en el trasero y un afectuoso «adiós, chata, y que ese culito no pase hambre», para después irse a disfrutar de una noche de amor del bueno, del auténtico, en el pisito de Jesi 20′ pagado por Aldama El Conseguidor —que también paseaba esa noche al perro por la T4—, conocido en la trama como el Gominas, gran amigo de la dulce Delcy Rodríguez —a la que le une el amor por el «amarillo»—, al que por alguna razón que desconocemos alguien le ha pegado tres tiros en su coche a modo de aviso y ciudadano muy preocupado por si el móvil del presidente del Gobierno estaba pinchado.

Y de la coña del «vale, cariño» hemos llegado en nada a El Uno. Por si alguien tenía dudas de quién podía ser El Uno, ya se ha encargado Óscar Puente, al que llamaremos desde ahora El Lumbreras, de decir que por supuesto que es Sánchez. ¿Quién va a ser si no? Y se ha creído que ha hecho un servicio a la causa.

Como gente de bien que somos dejamos a los tribunales la sentencia, pero de lo que no hay duda es de que es una gentuza muy cutre, muy mala y que utilizaron la pandemia, esa época de sufrimiento, muerte y ruina para los españoles, como velo para hacer lo que les dio la gana creyéndose absolutamente impunes.

Ahora bien, conscientes de que asistimos tan sólo a la punta del iceberg de un caso que puede ocupar el tamaño de 100 campos de fútbol, a muchos nos recorre un escalofrío por la espalda al pensar qué estará preparando El Uno para salir ileso política y penalmente de la evidente podredumbre que afecta a varios de sus ministerios, a su enamorada y a Él.

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