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Nacido en Madrid, de madre inglesa, casado y padre de cuatro hijos, es un empresario, abogado y articulista que pasó más de una década inmerso en el mundo de la política madrileña. Sus pasiones son escribir, la empresa y la política.
Nacido en Madrid, de madre inglesa, casado y padre de cuatro hijos, es un empresario, abogado y articulista que pasó más de una década inmerso en el mundo de la política madrileña. Sus pasiones son escribir, la empresa y la política.

Vidal Quadras tiene razón

2 de octubre de 2021

El sistema de las comunidades autónomas es uno de los mayores disparates políticos que hay en Europa. Son un desastre desde el punto de vista moral, institucional y político como proclamó Vidal Quadras ante un incómodo Casado y un indignado Mañueco. Me refiero a la convención del PP de esta semana.   

Coincido:  son un fracaso sin paliativos no solo por exacerbar sentimientos nacionalistas de forma inaudita, y no sólo en Cataluña y País Vasco donde el independentismo era minoritario en  1978, sino por el hecho que haya nacionalistas hasta en Canarias, Aragón o Andalucía…  Pero es que además el sistema autonómico está siendo nefasto en sectores tan importantes como la educación, sin un criterio común y nacional, con un fracaso escolar récord en Europa, o por la vergüenza que no tengamos una sola universidad entre las primeras del mundo: hay que ir al puesto 150 en la clasificación para encontrar a la primera universidad española.

En vivienda, además de practicar un urbanismo parcheado, corrupto y feo, no han sido capaces de generar una oferta de vivienda asequible. El déficit de viviendas de este tipo es de dos millones y afecta de forma esencial al futuro de nuestros jóvenes que no pueden establecer un proyecto de vida, una familia. 

Con una educación tan pobre, un paro altísimo -de nuevo a la cabeza de Europa-, y la escasez de vivienda es normal que muchos españoles tengan un nivel de frustración muy alto.

Mientras el mundo es cada vez más digital, más ágil y veloz, nosotros ofrecemos 17 sistemas, 17 derechos administrativos diferentes

En sanidad, el fracaso ha sido estrepitoso durante la pandemia, con una lamentable descoordinación y falta de solidaridad entre regiones. Además, y es sólo un ejemplo,  tenemos diferentes planes de vacunación para nuestros niños según las regiones. Hay diferencias muy próximas y notorias como por ejemplo lo son la sanidad de Madrid y la de Castilla La Mancha lo cual es bochornoso.  

El mercado español no existe, está roto. Los requisitos legales para invertir varían de forma sustancial dependiendo de la región. Mientras el mundo es cada vez más digital, más ágil y veloz, nosotros ofrecemos diecisiete sistemas, diecisiete derechos administrativos diferentes.  Se han enquistado más de una docena de economías regionales con todos los males del peor sistema del capitalismo clientelar. En muchas regiones, es el gobierno autonómico, el político o cacique local, quien decide qué amiguete empresario tendrá ayudas y apoyo administrativo.  Ya lo estamos comprobando con el reparto de los fondos públicos tras el Covid.  Uno de los males de la empresa española es su pequeño tamaño, el sistema autonómico y su atomización agravan aún más este problema.

No hay una cultura nacional, ni siquiera en geografía e historia, tampoco una política científica; el español sigue postrado en España mientras cada vez se estudia más fuera.  Prima lo regional sobre lo nacional en todos los ámbitos.  

Urge una revisión a fondo del modelo. Un plan de etapas para poner las autonomías en el sitio que la Constitución del 78 las colocó

Incluso las infraestructuras son cuestionables en su eficiencia con demasiados aeropuertos sin aviones y carreteras impecables con apenas circulación.  

Y todo envuelto en un gasto corriente desorbitado que empezamos a no poder mantener.  En algunos casos, y no son pocos, hay cuatro administraciones: estado, autonomía, diputación y ayuntamiento realizando la misma función. El principio de subsidiariedad, o que una competencia la asume una sola administración, es cosa del pasado.

Las administraciones autonómicas son una fuente de despilfarro que no saben ya ni lo que deben, ni cuántos empleados tienen. Desde luego trabajan en las autonomías más de la mitad de los más de tres millones de empleados públicos que hay en España. Hay más coches oficiales que nunca, más enchufados que nunca.  

Urge una revisión a fondo del modelo. Un plan de etapas para ponerlas en el sitio que la Constitución del 78 las colocó. La subsidiariedad, la subordinación y la eficiencia en interés de todos; no de las élites económicas y políticas que se han beneficiado tanto y que han desmadrado hasta el paroxismo el mandato constitucional. Hay que recuperar la descentralización por eficiencia administrativa y no para desarrollar la identidad.

Vidal Quadras tiene razón. Es hora de ponerse a trabajar para resolver este problema, me temo que nos va España en ello.

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