«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Nacido en Madrid, de madre inglesa, casado y padre de cuatro hijos, es un empresario, abogado y articulista que pasó más de una década inmerso en el mundo de la política madrileña. Sus pasiones son escribir, la empresa y la política.
Nacido en Madrid, de madre inglesa, casado y padre de cuatro hijos, es un empresario, abogado y articulista que pasó más de una década inmerso en el mundo de la política madrileña. Sus pasiones son escribir, la empresa y la política.

Y se largó…

5 de marzo de 2023

Tanto Davos, tanto globalismo y cuando se les aplica el cuento se ponen furiosos. El capitalismo es así, queridos ilusos de la podemía y del PSOE.

Ferrovial se las pira, que diría un castizo. Y se las pira porque ahora necesita un marco jurídico estable, una fiscalidad más bonancible (y diría menos errática) y también un acceso más flexible a los mercados de capitales. Seguridad jurídica, menos impuestos y más financiación son razones poderosas. Y al parecer no va a ser una mudanza formal, también se llevan a mucha gente muy cualificada de sus oficinas centrales.  Una salida en toda regla.

La estampida de Ferrovial, que puede no ser la única, debería servirnos como vacuna y empezar a tomarnos en serio el capitalismo moderno. Un capitalismo en cuyo extremo tenemos que el país más capitalista de la Tierra esta gobernado por el Partido Comunista chino… Podemos (ironía intencionada) cerrar los ojos, seguir pensando que somos una potencia mundial de wokismo, capitalismo moralista y sostenibilidad, y mantener el peculiarísimo ambiente empresarial carpetovetónico: sueldos bajos, productividad baja, educación baja; y la renta per cápita sin crecer desde hace décadas.  

También podemos hacer benchmarking (palabra muy chula y de moda que significa copiar, sí copiar) lo que hacen, por ejemplo, irlandeses y holandeses, y empezar a atraer empresas a nuestro país. Vendrá gente a ganar dinero (aunque moleste a la podemía), pero esa gente tendrá un efecto arrastre o de emulación que hará que muchos españolitos se beneficien. Tenemos un clima y un país ideal para competir seriamente en atraer empresas e inversiones a nuestro país.

Pero antes habrá que plantear el debate cultural (uno más, otro más). Señores de la rancia y cateta izquierda española: el mercado y el capitalismo son buenos, las empresas generan empleo y bienestar.  Los empresarios no son explotadores horribles a los que hay que perseguir e insultar, como ha ocurrido en múltiples ocasiones desde el Gobierno. Unos insultos que no crean que son monopolio de la izquierda.

Después habrá que cambiar la mentalidad estatista y creernos que el paradigma ha cambiado. Proclamar que ya no hace falta autorización administrativa para todo, sobre todo para empezar cualquier actividad y que basta con una declaración responsable del empresario. Hay una directiva europea del año 2006 en este sentido y que apenas ha tenido reflejo en nuestra mentalidad y practica administrativa.

Por supuesto, habrá que revisar todos los requisitos para iniciar una actividad empresarial y eliminar muchas de las zarandajas de género, medioambientales y demás wokismos que desesperan al emprendedor. Como dice un buen amigo, llevamos años con el rollo de la ventanilla única y seguimos estando en la cola de la competitividad en los momentos iniciales de apertura de un negocio. Hay una web muy seria que realiza rankings sobre esta cuestión (doingbusiness.org), en ella pueden comprobar que estamos en la cola en esos momentos iniciales, que son cruciales, de puesta en marcha de un negocio.

Finalmente, hay que dejarse de adanismos y copiar (o como decía antes, más finamente, hacer benchmarking): copiar y mejorar la fiscalidad, el marco jurídico y la facilidad financiera que existe en países como Irlanda o Holanda, o incluso Portugal, que nos llevan años de ventaja. Este benchmarking debe ser constante para ponernos y mantenernos en cabeza a la hora de atraer inversiones y empresas.  Nuestro principal atractivo es el clima, la gente y la tierra, nuestra cultura e infraestructuras; usémoslas en beneficio de todos. España es mucho mejor destino que esos países brumosos del norte. Que esas gentes no sólo vengan a hacer turismo. También les queremos de forma permanente, trabajando entre nosotros.  Cambiemos una inmigración que tira de los salarios para abajo por otra mucho más cualificada que tira de los salarios para arriba. Al final, quizás, le tendremos que dar las gracias a Rafael del Pino por su decisión.

.
Fondo newsletter