El enfrentamiento velado entre Javier Milei y el Papa Francisco vive un nuevo episodio. Desde hace años el ahora candidato a la presidencia de Argentina ha atacado a Francisco, más sutil en sus respuestas. Después de llamar «maligno» e «imbécil» al Santo Padre, hace algunas semanas Milei redobló sus críticas hacia Francisco en la entrevista con el estadounidense Tucker Carlson: «El Papa juega políticamente, tiene fuerte injerencia política, ha demostrado gran afinidad con dictadores como Castro y Maduro, está del lado de dictaduras sangrientas».
Las declaraciones no gustaron a Sergio Massa, candidato peronista, que exigió a Milei una rectificación: «Ofendiste al líder de la Iglesia. Aprovecha estos 45 segundos para pedirle perdón al Papa, que es el argentino más importante de la historia». Esta exigencia descolocó a Milei, que animó a Massa a «terminar tu gobierno de forma decorosa».
Esta semana, sin embargo, este enfrenamiento ha vuelto a la escena pública tras las últimas declaraciones del Papa Francisco. En una entrevista reciente con la agencia Télam, el Santo Padre explicó que «todos fuimos jóvenes sin experiencia y a veces los chicos y las chicas se aferran a milagros, a mesías, a que las cosas se resuelven de manera mesiánica. El Mesías es uno solo que nos salvó a todos. Los demás son todos payasos de mesianismo», en una referencia discreta hacia Milei.
Al ser preguntado por las elecciones argentinas del próximo 22 de octubre, Francisco aseguró que «las crisis son como voces que nos señalan dónde hay que proceder. Yo le tengo mucho miedo a los flautistas de Hamelín porque son encantadores. Si fueran de serpientes los dejaría, pero son encantadores de gente… y las terminan ahogando. Gente que se cree que de la crisis se sale bailando al son de la flauta, con redentores hechos de un día para el otro. No. La crisis debe ser asumida y superada, pero siempre hacia arriba», ha zanjado Francisco.