«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
En la Declaración 'Dignitas infinita'

El Vaticano rechaza los vientres de alquiler y la «teoría de género»: «Es extremadamente peligrosa»

El Papa Francisco. Europa Press

El Dicasterio para la Doctrina de la Fe ha publicado este lunes la declaración ‘Dignitas infinita’ en la que muestra su oposición a la «teoría de género», al aborto, a la eutanasia y a los vientres de alquiler.

«Toda operación de cambio de sexo, por regla general, corre el riesgo de atentar contra la dignidad única que la persona ha recibido desde el momento de la concepción. Esto no significa que se excluya la posibilidad que una persona afectada por anomalías genitales, que ya son evidentes al nacer o que se desarrollan posteriormente, pueda optar por recibir asistencia médica con el objetivo de resolver esas anomalías. En este caso, la operación no constituiría un cambio de sexo en el sentido que aquí se entiende», asegura el Vaticano en el texto.

En este sentido, precisa que el cuerpo humano participa de la dignidad de la persona, ya que está dotado de significados personales, especialmente en su condición sexual (…). Es a través de su cuerpo que el varón y la mujer pueden establecer una relación de amor capaz de generar a otras personas», asegura el Vaticano.

El texto, fechado el pasado 2 de abril, redactado en cinco años y aprobado por el Papa el pasado 25 de marzo está firmado por el cardenal prefecto del dicasterio, el argentino Víctor Fernández, y se presenta como una «oportunidad» para la Iglesia de aclarar «algunos malentendidos que surgen a menudo en torno a la dignidad humana y de abordar algunas cuestiones concretas, graves y urgentes, relacionadas con ella».

Por otro lado, tilda de «inaceptable» las ideologías de género «que pretenden responder a ciertas aspiraciones a veces comprensibles» y que procuran imponerse como un «pensamiento» único que determine incluso la educación de los niños. «No hay que ignorar que «el sexo biológico y el papel sociocultural del sexo (género), se pueden distinguir, pero no separar», apunta.

Además, lamenta los intentos de introducir nuevos derechos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos lo que «ha dado lugar a colonizaciones ideológicas, entre las que ocupa un lugar central la teoría de género, que es extremadamente peligrosa porque borra las diferencias en su pretensión de igualar a todos».

En la declaración ‘Dignitas infinita’ se reitera la oposición de la Iglesia católica a los vientres de alquiler porque convierten al niño, inmensamente digno, «en un mero objeto». Y contra el aborto. «La Iglesia no cesa de recordar que la dignidad de todo ser humano tiene un carácter intrínseco y vale desde el momento de su concepción hasta su muerte natural», recoge, antes de recordar que «entre todos los delitos que el hombre puede cometer contra la vida, el aborto (…) presenta características que lo hacen particularmente grave e ignominioso».

En ese sentido, el cardenal Fernández afirma que «la aceptación del aborto en la mentalidad, en las costumbres y en la misma ley es señal evidente de una peligrosísima crisis del sentido moral, que es cada vez más incapaz de distinguir entre el bien y el mal, incluso cuando está en juego el derecho fundamental a la vida».

Ante la eutanasia, reafirma que «el sufrimiento no hace perder al enfermo esa dignidad que le es intrínseca e inalienablemente propia, sino que puede convertirse en una oportunidad para reforzar los lazos de pertenencia mutua y tomar mayor conciencia de lo preciosa que es cada persona para el conjunto de la humanidad». «Tiene (la eutanasia) la peculiaridad de utilizar un concepto erróneo de la dignidad humana para volverla contra la vida misma», concluye.

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