El observador del Vaticano ante la ONU en Nueva York, el arzobispo Gabriele Caccia, ha abogado por la solución de los dos Estados para Israel y Palestina así como por un estatuto especial para la ciudad de Jerusalén.
En una sesión del organismo internacional sobre la cuestión de Oriente Próximo, Caccia ha instado a que la comunidad internacional, «junto con los líderes del Estado de Palestina y del Estado de Israel, persiga esa solución con renovada determinación en un momento de desesperación y hostilidad generalizadas».
El Observador de la Santa Sede ha reiterado su condena del atentado del 7 de octubre contra el pueblo israelí y ha hecho un llamamiento a la liberación de los rehenes en Gaza. Del mismo modo, ha pedido un alto el fuego extendido a todos los frentes que facilite la distribución de ayuda humanitaria. Caccia ha señalado así la «extrema gravedad» de la situación humanitaria en Gaza que «afecta a los inocentes», causando un «sufrimiento inimaginable», los más de 20.000 muertos y los casi dos millones de desplazados.
En su discurso, el arzobispo ha lamentado que «hospitales, escuelas y lugares de culto, que representan el último recurso para quienes huyen de la violencia en Gaza, están siendo utilizados con fines militares y, en consecuencia, atacados». Por ello, ha llamado a «evitar que toda una población pague las consecuencias de un acto atroz de terrorismo», recordando cómo «toda acción emprendida en legítima defensa debe guiarse por los principios de distinción y proporcionalidad y respetar el derecho internacional humanitario».
Del mismo modo, Caccia ha hecho un llamamiento a la comunidad internacional para que se esfuerce en «defender y aplicar el derecho humanitario», que ha catalogado como la única forma de «garantizar la defensa de la dignidad humana en situaciones de guerra».