«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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TRIBUNA | PABLO VIANA |

2 de abril de 2024

La era Milei en el Río de la Plata

Javier Milei. Twitter

El novel presidente argentino, Javier Milei, ha sacudido paradigmas a nivel global, siendo noticia de primera plana en diferentes latitudes. Indudablemente, resulta de sumo interés por el proceso histórico que está liderando en Argentina, pero su gesta no se limita a su territorio nacional sino que se ha convertido en un líder internacional de las ideas de la libertad.

En lo que respecta a Iberoamérica, su influencia ha logrado modificar los ejes del debate que hasta hace poco imponía la izquierda. Por primera vez en mucho tiempo, la agenda la marca una expresión del liberalismo y sus detractores se ven obligados a rebatirla. A diferencia de lo que ocurría antes, cuando el rumbo lo marcaban los socialistas y los políticos tradicionales de centroderecha eran reticentes a combatir su relato.

Naturalmente, para quienes llevamos largos años de combate en el plano académico y de las ideas, resulta un alivio que finalmente nuestra cosmovisión se refleje en una alternativa política con la convicción y la potencia que ha construido Javier Milei en poco tiempo. Asimismo resulta esperanzador que millones de argentinos, con una abrumadora e histórica mayoría, hayan depositado su confianza en la opción política que, parafraseando al presidente, reveló verdades incómodas en lugar de ofrecer mentiras confortables.

Nos genera una profunda satisfacción que en la cúspide del poder político y por abrumador apoyo ciudadano haya llegado alguien poseedor de una inmensa bonhomía, una profunda convicción y un inquebrantable compromiso por cumplir su palabra. Situación inédita si miramos con perspectiva los últimos años de la política argentina.

Por su parte, el establishment todavía no logra comprender la magnitud del fenómeno y el alcance del mismo a nivel regional y global. Pese a todos los ataques y calamidades anunciadas, el sentido común y el hartazgo frente a la opresión estatal abrió paso a una nueva era que pretende dejar atrás décadas de decadencia económica y social, llevando adelante un Plan de Gobierno basado en el Sentido Común.

Su impacto en Uruguay

En el caso particular de Uruguay, luego del triunfo de Milei, diferentes actores políticos comenzaron a adaptar su discurso al nuevo tiempo que se avizoraba en el vecino país, instalando en el debate público conceptos de libertad como prioritarios, mientras otros se opusieron de manera furibunda.

Sin dudas la izquierda vio amenazada su hegemonía y organizó diferentes medidas de ataque al nuevo gobierno a los pocos días de haber asumido. Al punto tal que la central sindical uruguaya —de extrema izquierda— decretó una movilización de apoyo al paro general organizado por sus pares en Argentina. Una medida inexplicable e insólita por donde se la analice, motivada por la desesperación de constatar la pérdida de adhesiones de las grandes mayorías de la población.

En tiempos en que en Uruguay estamos comenzando un nuevo ciclo electoral, en el que la coalición de gobierno —mayoritariamente de centroderecha— buscará renovar el mandato, resulta fundamental que en la región el faro vuelva a ser la libertad, y el caso argentino es observado con especial detenimiento por afines y detractores. La coalición opositora, en cambio, se ha radicalizado hacia la extrema izquierda, por lo que sería verdaderamente peligroso que accediera al gobierno.

Esperamos que la era Milei logre consolidar en la región la alternativa liberal como el modelo a seguir, defenderla con firmeza y sin eufemismos frente a la concepción colectivista que ha demostrado una y otra vez su rotundo fracaso y poder destructivo del individuo y de las sociedades.

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