«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

40.000 personas se congregan en París para exigir el fin del aborto

Marcha contra el aborto en Francia

La concentración, que transcurrió pacíficamente, estuvo encabezada por un grupo de médicos contrarios al aborto que demandaba respeto a la cláusula de conciencia y al juramento hipocrático

En un momento en que las élites políticas no ocultan su propósito de continuar aprobando leyes inmorales en el ámbito reproductivo, se antoja indispensable que la opinión pública se manifieste y movilice. Por ello, lo acaecido este domingo en París, donde se congregaron unas cuarenta mil personas con afán de denunciar el crimen del aborto y exigir su restricción o ilegalización, es realmente esperanzador.
Esta marcha en defensa de la vida, que se celebró bajo una intensa lluvia y con el lema ‘De la sombra a la luz’, fue organizada por diferentes asociaciones entre las que se encuentran One of Us o la Fundación Jerome Lejeune; asociaciones que no dudaron en señalar, en un comunicado conjunto, que el aborto es ‘tanto el origen como la culminación de la deshumanización de la persona’.
En cualquier caso, los organizadores no se limitaron a reflexionar en el comunicado sobre la trágica realidad que el aborto constituye, sino que se afanaron en ahondar en los posibles efectos de la concepción antropológica que subyace tras él. Así, de acuerdo con ellos, esa percepción del ser humano intrauterino como un mero conjunto de células puede llevar a una generalización de la fecundación humana artificial: ‘Éste es el camino que une el aborto y la fecundación humana asistida, al precio de la instrumentalización del ser humano y los graves abusos denunciados ampliamente por la comunidad científica’.
En este sentido, cabe señalar que los participantes en la Marcha por la Vida identificaron cuatro riesgos principales respecto a esta cuestión: la plena liberalización del régimen de investigación con embriones; la generalización de la eutanasia; la inclusión de la Trisomía 21 (Síndrome de Down) en los procesos de cribado genético preimplantacional como método eugenésico; y la extensión de las técnicas de fecundación humana asistida.

Una manifestación boicoteada por los abortistas

La concentración, que transcurrió pacíficamente, estuvo encabezada por un grupo de médicos que demandaba respeto a la cláusula de conciencia y al juramento hipocrático. En esta línea, denunciaban la instrumentalización a que les está sometiendo la cultura de la muerte: ‘Tenemos derecho a decir que matar no es nuestro trabajo’.
Tal y como relata Actuall, durante la manifestación se han desplegado pancartas con lemas tales como ‘La única elección es la vida’, ‘Los derechos humanos comienzan en el origen’, ‘La ley del aborto elimina sólo a inocentes’, ‘Eutanasia, juramento hipócrita’, ‘Fecundación humana asistida: el hombre clasificado, congelado, manipulado’.
A pesar de la actitud pacífica que en todo momento exhibieron los manifestantes provida, lo cierto es que proliferaron actos violentos perpetrados por quienes se denominan a sí mismos, con infausta asiduidad, ‘tolerantes’. Así, por ejemplo, grupos de ‘antifascistas’ entorpecieron el paso de autobuses que se dirigían a París desde la ciudad de Rennes. Entre los medios de que se sirvieron para llevar a cabo su acción, cabe mentar las sustancias lacrimógenas y las bombas incendiarias; sustancias que arrojaron al interior de los vehículos a pesar de la presencia en ellos de infantes y ancianos.
Uno de los manifestantes provida ha explicado, en declaraciones a Le Télégramme, cómo se produjo el ataque: ‘Estábamos esperando al autobús. Cuando llegó, nos subimos a él y fue inmediatamente rodeado por cincuenta encapuchados que, evidentemente, sabían que íbamos a embarcar allí’.
 

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